Por Abraham Gorostieta
Cozumel, Quintana Roo.- Las elecciones electorales en cualquier parte del mundo crea controversias y debate. Los políticos hacen lo posible para que los ciudadanos vean y atiendan a sus propuestas de gobierno para así hacerse de su voto. En ello se invierte mucho dinero en campañas de propaganda, de publicidad, de medios de comunicación a fin de llegar con su mensaje al mayor número de votantes posibles.
El año pasado hubo elecciones en Quintana Roo, donde se renovaron las once alcaldías que conforman el estado. La maquinaria de los partidos políticos se echó a andar, cada uno, apoyando a sus candidatos, sin embargo, otra pelea se daba de manera paralela en las redes sociales, particularmente en Facebook y Twitter.
En ellas ciudadanos de los distintos municipios participaban directa y abiertamente a favor de sus candidatos. Pero la red se llenó de muchas noticias falsas. Muchas de ellas llegaron a las redacciones de los diarios y fueron publicadas por medios electrónicos y tradicionales.
A través de las redes sociales, ciudadanos apoyaban o vapuleaban a los candidatos. Se duplicaron cuentas como fue en el caso de la ahora edil de Benito Juárez, Mara Lezama. Se difundieron rumores a fin de desgastar a las figuras políticas, como le sucedió a Laura Beristain, a la cual le hicieron campañas de difamación y calumnia tanto en redes como en medios electrónicos.
Pero, ¿qué tan espontáneos son esos ataques en redes? ¿Son opiniones de ciudadanos de carne y hueso o son troles y bots que tienen una misión?
En el caso de Cozumel, Insight México Online tuvo contacto con dos personas que piden anonimato, pero que este portal se dio a la tarea de confirmar sus identidades. La lucha política en Cozumel, cuna de gobernadores de Quintana Roo fue no solo fue en las tarimas y plazas públicas, sino en las redes sociales donde se contrató a personas de carne hueso para crear cuentas falsas y atacar a los contrincantes.
La orden fue atacar a Pedro
Los bots son algoritmos programados para difundir noticias o comunicaciones y hacerlas masivas, sin embargo los bots no solo pueden ser computadoras sino también de carne y hueso. Estos bots humanos tienen como misión la manipulación de la opinión pública en las redes sociales, que se han convertido en el espacio por excelencia donde miles de ciudadanos se informan. Las redes sociales son cada vez más importantes y los candidatos lo saben.
A los bots les pagan para manipular el debate público. Por eso los políticos invierten en grupos de personas que se encargan de reclutar a un grupo reducido de integrantes y así comenzar un ejército de cuentas falsas; los bots políticos que ayudaran a ensalzar ideas, personas o iniciativas políticas.
Después de un rastreo por las redes sociales de Cozumel en los grupos que hay en Facebook en la Isla, pudimos ir atando cabos, encontrando pistas, y descubriendo a las personas que estaban detrás de los perfiles falsos. Un trabajo que nos llevó más de tres meses de rastreo. Después de mucha insistencia, dos de las personas que pudimos saber quiénes son aceptaron contarnos su testimonio de cómo fueron bots en las pasadas elecciones electorales.
Hay siempre un reclutador y él es quien decide quién se queda y quien no, dice una de ellas. Una fue contratada a través de un anuncio en Facebook en los grupos de Bolsa de Trabajo. Otra de ellas fue contratada a través de recomendación. Lo único que pedían era experiencia en el manejo de redes sociales como Facebook o Twitter.
Una vez contratadas y después de firmar un convenio de privacidad, comenzaron a crear cuentas falsas en Twitter y Facebook. Cada una de ellas tenía la tarea de por lo menos manejar 50 cuentas falsas. Una vez creados los perfiles el trabajo consistía en incidir en el debate público que había en la isla y siempre favorecer a la alcaldesa de entonces, Perla Tun. Las cuentas falsas comenzaron a actuar, a través de ellas esparcieron mentiras tratando de incidir en el voto de los cozumeleños. Un objetivo era claro: Atacar al candidato del PRI entonces, Pedro Joaquín Delbouis.
Desde acusarlo de corrupción, de robo, de homicidios hasta meterse en su vida privada. El objetivo era hostigarlo. No había video, o presentación que se transmitiera en vivo que ellos dejaran pasar sin hostigarlo.
Respondían a un jefe, que no fue la misma persona quien las contrató. Se reportaban a él a través de los perfiles falsos que habían hecho. Si la entonces alcaldesa Perla Tun iba mal o baja en las encuestas, ellas se encargaban del manejo de crisis y comenzaban a esparcir rumores del político contrario. Los perfiles falsos se encargaban de hacer buenos comentarios en las redes a favor de la política. Pero las personas con las que pudimos platicar pronto se dieron cuenta de que no eran ellas solamente sino que había un grupo de personas, cada una de ellas con decenas de cuentas falsas y aplicando el mismo método para incidir en el debate electoral y público.
La vida de un bot
Suelen ser amas de casa, o estudiantes de periodismo, letras, o cualquier carrera de humanidades. Tienen que saber usar las redes sociales como si fueran community manager. Ese es perfil que pedían. Una vez aprobado, entonces debes de crear cuentas falsas y enseguida hacerse pasar como simpatizante de un candidato. Poner en los algoritmos que te da el propio Facebook como “estar interesado en la política” y de inmediato comenzar a participar en foros y grupos de Facebook.
No solo eso, cada perfil falso debe de tener vida propia. Esto es, a cada cuenta hay que darle objetivos en la vida, sentimientos, vida social y relaciones afectivas. De lo contrario los propios escudos de Facebook te detectan y te elimina las cuentas. Una de las claves es tener muchos chips de celulares para irlos activando según lo pidan las cuentas y el propio Facebook. Entre ellas dos tenían 120 chips de celulares. La otra clave es buscar a mujeres atractivas pero no muy voluptuosas, mujeres en bikini o perfiles que a todas luces se vean como una farsa grotesca.
“Tenían que ser perfiles con fotografías de mujeres ‘nice’, que pasen como cozumeleñas de elite, gente que viene de otras ciudades y se quedan en la isla”, dice una de las entrevistadas.
Todo este trabajo es manual, no se puede hacer a través de algoritmos. La imagen que pongas en tu cuenta es clave porque es mucho más fácil que otros perfiles verdaderos te agreguen a su cuenta. “Facebook sólo te deja agregar unas cuantas cuentas como amigos al día, si te pasas te detecta como bot y te bloquea. Nosotros nos agregamos como amigos entre los mismos bots, platicábamos entre nosotros, incluso creábamos relaciones amorosas o de amistad entre nuestros perfiles”, confiesan.
La llave para hacer funcional un bot era crear historias que hicieran reales los bots. “Muchas veces hay cuentas falsas que se mezclan con las reales de nosotros mismas”, dicen. El reportero explica que fue así como dio con ellas, solo se ríen y dicen que borrarán toda evidencia.
A ellas las hicieron firmar un contrato de confidencialidad en donde les quedaba prohibido decir a que se dedicaban y quienes eran sus jefes y en qué consistían las misiones o trabajos. De hecho ellas dicen no saber bien quien era su jefe. Tampoco hubo una orden directa de Perla Tun, nunca, aclaran. Ni de alguien cercano a Perla Tun, a su gobierno o funcionarios, afirman.
Ellas seguían las instrucciones de “un jefe” que les daba la orden de atacar a un determinado político, inventando cosas, resaltando defectos, esparciendo rumores. La orden era crear la percepción que el político es ineficiente, corrupto e incapaz.
Los salarios no estaban mal, iban desde 6 mil a 8500 al mes. Ellas aseguran que la orden era siempre apoyar a Perla Tun y atacar a todos sus enemigos, en especial a Pedro Joaquín Delbouis. “Hay días clave”, dice una de ellas, y explica que los debates son uno de ellos. “cuando recibíamos la orden de apoyar a Perla Tun. Bajar las tendencias de los otros candidatos y reventar a Pedro Joaquín. Esto se hace con los hashtags que sirven para cambiar las tendencias, si uno de los candidatos enemigos a Perla iba adelante la orden era tumbarlo a base de malos comentarios”, explica.
Bellas y peligrosas
Por lo general, los perfiles son de mujeres. La Asociación Mexicana de Internet, A.C., publicó en 2017 un estudio en donde se revela que los perfiles de mujeres son más aceptadas en las redes sociales.
Los bots políticos han irrumpido en la escena electoral como nunca en las pasadas elecciones. Gobiernos y partidos políticos los usan para crear trending topics y colocar en la agenda temas que les interesan. También para matar el mensaje de los adversarios. Académicos advierte del uso de bots políticos pues desde la campaña que llevó al ex presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, a la Casa Blanca en 2008 las redes sociales forman parte de la estrategia que lleva a un candidato a ganar elecciones.
En México, el gobierno de Enrique Peña Nieto tuvo un cuarto de guerra de bots, según afirma Andrés Sepulveda, hacker colombiano quien hizo espionaje cibernético para el gobierno pasado. Un ejemplo: con las protestas por la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa y la declaración del entonces Procurador General de la República, Murillo Karam, los usuarios de internet hicieron viral el hashtag #YaMeCansé, en seguida, aparecieron otras etiquetas que contrarrestaban esa o muchos mensajes negativos que se introducen en esa etiqueta para desvirtuarla.
Cifras de la cuenta de Twitter oficial revelan que hay siete millones de cuentas falsas mientras que las cifras de Facebook es de 60 millones. México está entre 29 países que utilizan “cibertropas” o “ejércitos de bots” para influir en las principales redes sociales como Twitter, Facebook y hasta Instagram.
Según un estudio de la Universidad de Oxford, titulado Troops, Trolls and Troublemakers: A Gloval Inventory of Organized Social Media Manipulation, investigación dirigida por Samantha Bradshaw y Phillip N. Howard, se revela el modus opernadi de las cuentas falsas que es casi el mismo en cada país. “(Los bots) promueven agendas (como en Serbia), la difusión de información favorable a los gobernantes (como en Vietnam) o automatizan un software que imita el comportamiento de los humanos (entre ellos Argentina, Filipinas, Rusia, Turquía, Venezuela y México)”.
En las elecciones de 2018, tanto en México como en Quintana Roo, los bots y los trolls tuvieron gran eco en las redes sociales. Pero esto es un tema que compete a las autoridades electorales. Los partidos políticos no tienen la obligación de precisar cuál el costo ante la INE de las campañas virtuales en las redes sociales y mucho menos de decir si cuentan o no con un equipo de bots políticos para incidir en el voto ciudadano. No hay mecanismos de transparencia sobre la existencia de ficción de los miles de bots que inundan la red.