Lo que está en juego en la Política

agosto 21, 2018
por

Claudio Cirio Romero

Un jueves de julio de 2008, luego de concluir Controversias, el programa de radio que durante cinco años y ocho meses coconducía al lado de mi amigo Patricio Lima, acudí a la presentación del libro de Arturo Cano y Alberto Aguirre, Doña Perpetua. El poder y la opulencia de Elba Esther Gordillo.

 

Precisamente uno de los presentadores era Patricio, por lo que al terminar dicho evento nos dirigimos a un café del Portal Grande de la ciudad de Tlaxcala, como acostumbrábamos y nos encontramos a Arturo y Alberto ahí, por lo que armamos una amena plática, sobre el libro (ambos me dedicaron mi ejemplar) y más cosas.

 

Ahora que nuevamente la llamada “maestra” se vuelve tema en los corrillos, “retuiteo con comentario” un tuit de Arturo Cano en el que con magistral humor, describe la comparecencia pública de la susodicha, hoy, trece días después de salir de la cárcel: «En el inicio de la rueda de prensa donde no hubo preguntas (“porque así lo decidí”, dijo #ElbaEstherGordillo), una voz en off dijo: “¡Comenzaaamos!”  Reportero 1: “¿Como en el teatro?”  Reportero 2: “Pues eso es, una puesta en escena”.»

 

Yo digo que si alguien sabe del tema #ElbaEstherGordillo, porque es un tema más que una persona, ese es Arturo, y desde luego Alberto también.

 

Siempre que leo libros como el mencionado, pienso que escribiré sobre ellos, aunque no tengo mucha claridad de cuándo.  En este caso han pasado diez años y acudo a él para explicarme qué significa la liberación judicial mencionada más allá del juego histriónico de la “maestra”.

 

Y precisamente así inicia el capítulo 1 describiendo su llegada al Consejo Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) el 7 de julio de 2007, en el que le extienden su mandato “por el tiempo que sea necesario”; se une a los suyos, relatan los autores, «…pero se sugiere amenazada y, para subrayarlo, usa el recurso teatral de las frases a medias: “Tengo que venir aquí como si fuera yo… quien sabe qué… Pero no soy narco, ¿eh? Ni soy ratera…”».

En quince capítulos y cinco anexos construyen la controversial biografía política, no definitiva, de la Gordillo, que muchos pensaron había sido liquidada por Peña al meterla a la cárcel al inicio de su sexenio como presidente.

En la página 278 del libro de Cano y Aguilar, como premonición, subtitulan uno de los últimos apartados así, “Los suspiros por un quinazo y el 2012”, y efectivamente en febrero del 2013, el gobierno de Peña, a través del Procurador de la triste memoria del “Ya me cansé”, Murillo Karam, informa de su detención como soterrada medida de legitimación, luego de las segundas acusaciones de fraude electoral por López Obrador.  Quien, cuentan los autores, en 2006, le mandó el mensaje a la “maestra”, que insistía en hablar con él “sólo cinco minutos”, que “si ella pactaba con la mafia, él no.”  “Si yo hablo cinco minutos con esa señora, serían los cinco minutos más caros de mi campaña… Con mucho gusto platicamos… después del 2 de julio”,  concluía el tabasqueño hoy presidente electo de la república.  ¿Hablará con ella doce años después que lo pedía?

 

Porque el juego político de Elba Esther Gordillo sigue siendo el de la imagen.  Entre sus asesores estuvo por ejemplo el venezolano “JJ Rendón” quien a principios de este año dijo que haría todo lo legalmente posible para que AMLO no ganara la elección presidencial.

 

La puesta en escena de hoy en que anuncia su regreso a la política práctica es por lo tanto la búsqueda de un papel protagónico en una puesta que parece ya no tener cabida, como lo dijo el propio presidente electo en Palacio Nacional.

 

Pero ella “Siempre fue muy histriónica.” Dicen, Cano y Aguilar, que un testigo asegura que “En un Congreso de Educación, en Ecatepec, fingió un desmayo para llamar la atención.”  Además de que en una tertulia, supongo que al calor de la misma, pregunta a sus acompañantes: «“¿Quieren saber si fui amante de Jonguitud?” La respuesta, después de jalar aire y meter un trago, es previsiblemente teatral: “Sí –dice la Maestra, alargando la í, a punto de dibujar un corazón en el aíre¬¬¬¬¬-, sí, y lo quise mucho”.»

 

Mientras, ella hace su show, yo creo que nosotros debemos estar atento a lo que realmente está en juego con éste no tan agradable retorno, que indudablemente tiene que ver con la política pública de la educación pública y la democratización del SNTE.  Elba Esther tendría, según el libro multicitado, varios aliados o amigos en el gabinete lopezobradorista, empezando con el futuro secretario de educación pública, Estebán Moctezuma, Marcelo Ebrard y Alfonso Romo.

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