Ciudad de México, ¿Ciudad de Derechos?

octubre 12, 2016

Ciudad de México, ¿Ciudad de Derechos?

Plumas / OCTUBRE 10, 2016

Por Jaime Rochín.
El Distrito Federal fue en innumerables ocasiones la cuna de distintas conquistas en favor de los derechos humanos. Sin tener una conformación igual a la de los otros 31 estados, en la capital del país las organizaciones de la sociedad civil impulsaron la incorporación de una visión adelantada en materia de legislación y política pública que puso al centro a las y los ciudadanos. La Asamblea Legislativa , el Gobierno del Distrito Federal y el Tribunal Superior de Justicia , por su parte, mostraron apertura a la revisión de una agenda ciudadana, que consagraría los principios constitucionales de universalidad y progresividad en materia de derechos humanos.

Ciudad de México: una constitución realizable

En este 2016, el Distrito Federal dejó de existir y se convirtió formalmente en la Ciudad de México. Frente a esta conquista, nos encontramos con el enorme reto de comenzar desde cero el diseño de nuestra ciudad. No es un reto menor pues significa otro importantísimo paso que apunta a una dirección concreta: que el cumplimiento de los derechos humanos no dependa de la voluntad de quienes gobiernan.

El legado del Distrito Federal es en sí mismo notorio y trascendental. Hoy en día, no se pueden entender los avances nacionales en materia de igualdad y no discriminación, de derechos sexuales y reproductivos, de derechos sociales e incluso, de mecanismos de participación ciudadana sin las conquistas de esta capital del país. No podemos de un plumazo borrar el empoderamiento de las y los capitalinos.

Si algo tengo totalmente claro, es que en la creación de la Constitución de la Ciudad de México, deben reflejarse los productos de décadas de lucha de activistas, académicos y en general, de la sociedad civil. Sin embargo debemos evitarcaer en la tentación de convertir a la Constitución Política de la Ciudad de México en una interminable carta de reconocimiento de derechos, sin aplicación práctica, sin diseño institucional y sin obligaciones concretas para la Administración Pública. No podemos permitirnos un retroceso de ese tamaño.

Quienes integran hoy Congreso Constituyente, tienen una enorme responsabilidad que implica reconocer los derechos humanos por los que las y los ciudadanos tanto hemos trabajado hemos conquistado y crear el marco institucional adecuado para asegurar el acceso a esas conquistas. El reto no es menor: significa la construcción de una verdadera Ciudad de Derechos.

Jaime Rochín Ex presidente de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y experto en Derechos Humanos

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