AGENCIA SIM
Cancún.- Un juez federal hoy emitió un amparo que invalida el auto de formal prisión en contra de David Mota Guillén, detenido en 2015 por agentes de la entonces Procuraduría General de Justicia, y presentado como supuesto cabecilla de un cártel delictivo, supuesto “colega” de Héctor Cacique, también encarcelado pero después liberado, al comprobarse que había sido torturado.
La resolución deriva del descubrimiento que la firma del defensor del acusado había sido falsificada en diversos documentos por la propia PGJE, para incluir supuestas confesiones del detenido, jamás realizadas.
David Mota Guillén fue detenido la madrugada del 29 de abril de 2015, en medio de un partido amistoso de futbol, en una cancha deportiva en la Supermanzana 21 de la ciudad. El entonces procurador general de Justicia, Gaspar Armando García Torres convocó a una rueda de prensa en la que mostró su imagen, todavía portando una playera de fútbol, y aseveró que se trataba de uno de los dos “segundos” que tenía el líder del Cártel del Golfo en Quintana Roo, “El Talibancillo”, (el otro supuestamente era Héctor Cacique). Con las capturas, en ese entonces, de “El Talibancillo” como del propio Cacique Fernández, Mota Guillén incluso había pasado a ser el nuevo líder de este grupo delictivo en la entidad.
En esa rueda de prensa, García Torres añadió que este detenido era responsabilizado de al menos 15 homicidios, en cinco carpetas distintas. Uno de los casos más sonados, era el asesinato de cinco mujeres y un hombre, quemadas vivas en un prostíbulo en la avenida Miguel Hidalgo, y que supuestamente había sido ordenado por esta persona.
Además de ese caso, en un mismo día, la Procuraduría lograba cerrar otros cuatro expedientes, por distintas ejecuciones ocurridas en la ciudad y que el detenido había confesado ordenar.
Hoy, todo indica que, al igual que con Héctor Cacique Fernández, se trató de un culpable “fabricado” por la PGJE, para resolver de golpe varios casos abiertos. Lo anterior, luego de que el defensor público que había sido asignado al caso de Mota Guillén atestiguó, ante un juez federal que él no firmó las confesiones ingresadas en el expediente por la Procuraduría y que supuestamente llevaban su rúbrica. Un peritaje sobre estas firmas también comprobaron que no habían sido hechas por este abogado.
Por ello, el juez segundo de distrito hoy determinó amparar al acusado, en contra del auto de formal prisión dictado apenas el año pasado y que deriva de una causa penal abierta en 2017, dos años después de su detención.