Por Eduardo Macías Garrido
El 29 de abril de 1967 fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el decreto presidencial por el cual se creó el organismo público descentralizado denominado: Sistema de Transporte Colectivo (METRO).
Las obras comenzaron sobre el suelo donde confluyen la avenida Chapultepec y la calle Bucareli, lo que sin lugar a duda fue un antes y un después en la movilidad de nuestra ciudad. Se comenzaba con la obra civil más grande en la capital.
El trazo inicial comprendió 12.6 kilómetros de longitud con 16 estaciones, de Chapultepec a Zaragoza. Fue un esfuerzo donde trabajaron alrededor de 700 especialistas en ingeniería, arquitectura, urbanismo, sociología, economía, abogacía y administración, entre otras.
Este nuevo transporte masivo se convirtió rápidamente en una importante fuente de empleo, además de que propició la instalación de nuevos comercios y el repunte de otros, debido a su ubicación cercana a las estaciones.
Así, el METRO siempre ha sido un sinónimo de empleo, progreso, desarrollo. Prueba de ello, es que hoy no concebimos una capital sin él, donde actualmente es indispensable.
Ahora enfrenta un reto más la actual Directora General del Metro, la doctora Florencia Serranía Soto, quien cuenta con una amplia trayectoria en las áreas de movilidad de la Ciudad, ya en su segunda etapa en el organismo. Su primera experiencia fue de 2004 a 2006.
Cómo racionalizar los recursos existentes contando con la misma eficiencia y seguridad dentro de la institución. Por la aparente reasignación de recursos, enfrenta un problema serio de falta de pago a los diferentes prestadores de servicios dentro del organismo.
Esta situación pone en riesgo la existencia de las empresas mismas y a miles de trabajadores que dependen de ellas. Pareciera que el fin sería ahorcarlas para traer nuevas.
Se pueden traer nuevas empresas claro, pero respetando los contratos existentes, pagándole a los prestadores de servicios en tiempo y forma. Son recursos que se encuentran presupuestados dentro del Presupuesto aprobado por el Congreso de la Ciudad para este 2020.
Recientemente cambiaron los servicios del Sanatorio Durango por otra clínica, decisión de la que se tendrá que hacer responsable el área administrativa y lo que es permitido dentro de un marco de la ley. Lo que no es válido es adeudarles pagos por servicios ya devengados a los prestadores de servicios. Además de que se les amenaza con rescindirles sus contratos si siguen presionando. Adeudos que datan de mediados de este año.
O será que la adjudicación para la rehabilitación y modernización de la Línea 1 a un consorcio chino puso en aprietos financieros al METRO. Se trata de la empresa China CRRC Zhuzhou Locomotive, que dirige Zhou Qinghe, la que cobrará alrededor de 32 mil 219 millones de pesos.
Por cierto, ojalá que esta adjudicación no tenga impacto con Estados Unidos, ya que traen en la mira a CRRC y a su hermana China Railways Construction Corporation, que también va en el consorcio.
O será que a esta empresa también le pedirán que aguante sus pagos por más de seis meses.
En lo dicho, no es justo ni legal que se les dejen de pagar a las empresas que prestan un servicio cotidiano en el METRO, poniendo en riesgo su viabilidad financiera y el empleo de miles de trabajadores que dependen de su sueldo quincenal de las mismas.