La Casa Blanca de 171 millones de pesos de Mara Lezama

noviembre 3, 2020
por

AGUSTÍN AMBRIZ Y MARCO A. BARRERA

(Luces del siglo)

CANCÚN, Q. ROO.- En medio de denuncias por presunto enriquecimiento ilícito, la alcaldesa Mara Lezama Espinosa y su familia ocuparon desde junio pasado la lujosa residencia ubicada en el número 178 de la calle Puerto Escondido del exclusivo fraccionamiento Puerto Cancún, adquirida a través de una truculenta “permuta” inmobiliaria en la que se dispuso de un predio público y que involucra a su gobierno, notarios públicos y empresarios.

 

Protocolizada el pasado 9 de junio ante la Notaría Pública Número 30, cuyo titular es Luis Miguel Cámara Patrón, la permuta consistió en la venta del predio que durante más de 20 años albergó las instalaciones del Club Casa Blanca —al que en tiempo récord le fusionaron más de 15 mil metros cuadrados de un terreno de la reserva ecológica de Cancún—, a cambio de dos departamentos de lujo en la zona hotelera y dos residencias en el fraccionamiento Puerto Cancún (a una de ellas se mudó la familia Terrazas Lezama durante la contingencia sanitaria), así como dos transferencias bancarias por la cantidad de 28 millones 972 mil 238 pesos.

 

En esta operación inmobiliaria, pactada en 171 millones 395 mil 678 pesos, figura como vendedor del Club Casa Blanca la empresa Tarjetel del Sureste S. A. de C.V., cuyos principales accionistas son Carlos Alejandro Moreno Gálvez y su hijo Carlos Alejandro Moreno Sanén (amigo y empresario consentido de la alcaldesa) y como comprador firma Buró Inmobiliario América S.A. de C.V., de Grupo Delta y Grupo Fibra Monterrey, propiedad de los industriales regiomontanos David Garza Lagüera y Federico Garza Santos.

El paquete de cuatro inmuebles recibidos en la permuta por Tarjetel del Sureste incluye: un departamento de 361 metros cuadrados en el Condominio Emerald Residential Tower & SPA (cuatro habitaciones, cinco baños, sala de televisión, estudio, piscina y jacuzzi en terraza) por la cantidad de 58 millones de pesos; el condominio registrado como “Unidad de Propiedad Exclusiva 04 del ‘Marina Condos & Canal Homes’, ubicado en la manzana 27, Lote 1-02 en la Unidad Condominal 27-1 de la Av. Bonampak (dos niveles y sótano, con despacho, patio, terraza, tres recámaras, tres baños, sala de televisión y terraza en segundo nivel) por 17 millones 650 mil pesos.

 

Y las residencias gemelas marcadas con los números exteriores 178 y 179 de la calle Puerto Escondido en el fraccionamiento Puerto Cancún, quedaron registradas como unidades condominales 69-2-178 y 69-2-179 y oficialmente fueron vendidas como lotes. Aunque las construyó el mismo arquitecto, con iguales medidas, una al lado de la otra, en el contrato de permuta el valor registrado para la residencia 178 fue 25 millones de pesos, mientras que la 179 se vendió por 44 millones de pesos.

 

Estas lujosas residencias tienen dos plantas, sótano, cinco habitaciones espaciosas, cada una con su baño, estancia, cocina, sala y comedor confortables, estacionamiento subterráneo, dos terrazas, jacuzzi, piscina, áreas verdes y embarcadero propio para yates con salida directa al Mar Caribe. La residencia de la familia de la alcaldesa Mara Lezama además cuenta con paneles solares instalados poco antes de habitarla.

 

DE LUJO

El fraccionamiento Puerto Cancún es de acceso privado, cuenta con seguridad las 24 horas, cámaras de vigilancia, casa club, canchas de tenis, campo de golf de 18 hoyos y entre sus residentes figuran poderosos personajes del sector empresarial y político como Fernando Chico Pardo, presidente del Consejo de Administración de ASUR, o la tamaulipeca Adriana González, esposa del ex gobernador de Tamaulipas Eugenio Hernández, preso por acusaciones de peculado y operaciones con recursos de procedencia ilícita.

 

La presencia de la familia Terrazas Lezama en Puerto Cancún fue notoria desde marzo pasado que los propios vecinos comenzaron a quejarse con la administración por negarles el acceso a las áreas públicas, como la casa club o las canchas de tenis, tan sólo porque la “señora Mara Lezama las había solicitado en exclusiva”, sin previo aviso al resto de los residentes.

 

A partir de entonces, fueron más frecuentes las entradas o salidas de los vehículos de la familia a través de la pluma de “Propietarios”, sin los filtros de seguridad obligados para los “Visitantes”.

 

Videos proporcionados por vecinos de Puerto Cancún, dan cuenta de las peripecias matutinas que debe realizar la alcaldesa para trasladarse a sus ocupaciones: a bordo su Jeep Cherokee, color perla, sin placas de circulación, Mara Lezama sale del estacionamiento subterráneo de la residencia marcada con el número 178 de la calle Puerto Escondido, cruza la pluma de “Propietarios” y metros más adelante desciende para subirse a su camioneta oficial de seguridad donde también ya la esperan su grupo de escoltas, que en segundos se marchan para cumplir con la agenda del día.

 

Otro video capta al ex futbolista Omar Terrazas a su regreso a la residencia, después de concluir su noticiario matutino en la estación de radio Origen Noticias 95.3 FM. Son pasadas las diez de la mañana de un lunes normal cuando se ve a Omar entrar al estacionamiento del sótano residencial a bordo de su camioneta Odyssey, Honda, 2018, placas URE338G. Esta ocasión no usa la camioneta Mercedes Benz GL 43 AMG 2019 Coupé, de casi un millón y medio de pesos que compró el 15 de diciembre de 2018, cuando Mara Lezama cumplía apenas dos meses y medio como presidenta municipal de Benito Juárez, y que es parte de una denuncia por presunto enriquecimiento ilícito.

 

LA TRAMPA INMOBILIARIA

En su círculo de colaboradores, la alcaldesa Mara Lezama ha justificado el disfrute de esta residencia con la que Buró Inmobiliario pagó parcialmente el predio del Club Casa Blanca: “La residencia me la prestó mi amigo Alejandro Moreno y la aceptamos para proteger del coronavirus a mis padres que son personas vulnerables”.

 

Pero lo que la alcaldesa Mara Lezama silencia es que la residencia se obtuvo a través de una permuta de inmuebles donde se dispuso de un predio catalogado como área de conservación dentro del Programa de Desarrollo Urbano de Cancún. Antes de esta operación, el Club Casa Blanca tenía una extensión original de casi 18 mil metros cuadrados y ya cuando se vendió a Buró Inmobiliario creció a 34 mil metros cuadrados, otros 15 mil metros cuadrados más del lote que también está registrado como reserva ecológica del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).

 

Este predio fue otorgado por el propio municipio al empresario Rafael Gerardo Obregón Álvarez, a partir de una verificación catastral municipal que lo reconoció como propietario del predio marcado con el Lote 3-03, Manzana 02, de la Supermanzana 10 y colindante al oeste con el Club Casa Blanca.

 

Según la cédula catastral 405224 expedida por la Dirección de Catastro del Ayuntamiento de Benito Juárez, el 17 de julio de 2019 se modificó el régimen de propiedad en calidad definitiva, se canceló la cédula anterior por modificación de superficie de terreno, medidas y colindancias y se le otorgó la clave catastral 601201000200303000 que avaló 15 mil 871.70 metros cuadrados de superficie privada con un valor comercial de 36.06 millones de pesos.

 

Posteriormente, Obregón Álvarez aportó el terreno como capital a la empresa Tarjetel del Sureste y simultáneamente el Ayuntamiento aceleró los trámites para fusionarlo con el inmueble original del Club Casa Blanca, operación que se realizó el 20 de diciembre de 2019 ante la fe del Notario Suplente 67 de Cancún, Luis Gabriel Palacios Velasco (escritura pública 4724).

 

De acuerdo con este documento, Obregón Álvarez aportó el inmueble como capital a Tarjetel del Sureste en calidad de “accionista”, aunque de esta relación no existen antecedentes registrales. Tanto en el acta constitutiva de la empresa así como en las actas de asamblea no se reporta su ingreso como accionista.

 

De lo que sí hay antecedentes en el Registro Público de la Propiedad y del Comercio en Cancún, es que Rafael Gerardo Obregón Álvarez no es un desconocido para la familia de Mara Lezama. Fue él mismo quien el 21 de junio de 2016 vendió en cuatro millones 800 mil pesos a Desarrolladora Cumpal, S.A.P.I. de C.V. —de los Terraza Lezama— un terreno de 900 metros cuadrados en la Unidad Condominal 69-4-269 del Lote 1-02, Manzana 27 del residencial Puerto Cancún, según la escritura pública P.A. 14784 formalizada ante el Notario Público 62, Heyden José Cebada Rivas, actual síndico municipal en Cancún.

 

Es el mismo terreno, junto con otras tres propiedades, que las organizaciones Opus Magnum y Monseju presentaron como pruebas de posible enriquecimiento ilícito en cuatro denuncias promovidas en mayo pasado contra el esposo, el hermano y el hijo de Mara Lezama.

 

Las otras tres propiedades involucradas en estas denuncias ante la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) y la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada son: el departamento identificado como la Unidad de Propiedad Exclusiva 604, Lote 1-02, Manzana 27 del condominio Marina Condos & Canal Homes, adquirido en 4.9 millones de pesos; un terreno de dos mil metros cuadrados en la Av. Huayacán, Lote 1-18, manzana 01 y SM338 en Alfredo V. Bonfil en 3.4 millones de pesos en mayo de 2018, y un terreno de 630 metros cuadrados en la Av. Yaxchilán, Manzana 02, Lote 11, SM 17 en 1.9 millones de pesos, Todas las propiedades fueron escrituradas ante el Notario Público 62, Heyden José Cebada Rivas, ahora síndico municipal.

 

Los cuatro inmuebles fueron adquiridos por Desarrolladora Cumpal S.A.P.I., cuyos accionistas son Omar Terrazas García, Miguel Ángel Lezama Espinosa y Daniel Berrón Lezama, esposo, hermano e hijo de la alcaldesa Mara Lezama. La constitución de la empresa fue protocolizada el 5 de junio de 2016 por el Notario Suplente Luis Gabriel Palacios Velasco, el mismo que se encargó de la fusión del terreno de área de conservación con el predio del Club Casa Blanca para sumar el precio de venta de 171 millones 395 mil 678 pesos pactados en la permuta.

 

CONFLICTO DE INTERESES

Es este nuevo capítulo de corrupción, se prefigura también la presunta responsabilidad de conflicto de intereses ya que los principales accionistas de Tarjetel del Sureste, Carlos Moreno Gálvez (padre) y Carlos Moreno Sanén (hijo), son el cuñado y sobrino del regidor Jorge Sanén Cervantes con quien la alcaldesa ha estrechado fuertes lazos de amistad y complicidad.

 

Alejandra Sanén Cervantes, hermana del regidor y esposa de Carlos Moreno Gálvez, también es accionista de Tarjetel del Sureste al igual que su nuera Regina Cámara Herrero, hija del notario Luis Miguel Cámara Padrón, quien en junio pasado protocolizó la permuta con la empresa Buró Inmobiliario América.

 

Alejandra y Regina ingresaron a la empresa el 1 de agosto de 2019. La primera al aportar dos mil 500 pesos para aumentar el capital fijo y, la segunda como representante de Morcam Inmobiliaria, S.A.P.I. de C.V. (constituida en 2015 mediante instrumento registral 28763). Al cierre de 2019, Tarjetel del Sureste reportó un capital fijo de 60 millones 100 mil pesos, según consta en el instrumento registral número 4723 del 19 de diciembre del año pasado y con la permuta sus activos se dispararon a más de 171 millones de pesos.

 

Moreno Gálvez fue el empresario al que la alcaldesa de Cancún reconoció públicamente por el controversial diseño del logotipo conmemorativo “Cancún 50 años”, pero cuenta en su haber con una denuncia por beneficiarse con el remate del terreno del antiguo hotel del CREA en la zona hotelera durante el gobierno de Roberto Borge.

 

En esta denuncia también está involucrado su socio Ricardo Vega Serrador, el “zar de las gasolineras” en el estado y a quien la leyenda urbana ubica como el prestanombres del ex gobernador priista Félix González Canto.

 

Moreno Gálvez y Vega Serrador también son socios del Colegio Alexandre en Cancún edificado sobre el predio Álamo cuya posesión en su momento fue controversial debido a que pagaron por metro cuadrado la cantidad de 25 pesos. En una entrevista para un medio local, Moreno Gálvez reconoció el precio pagado por el inmueble aunque justificó: “… no lo atribuyo a la suerte, no creo en ésta sino en la audacia y en estar en el lugar y en el momento adecuado”.

 

El Club Casa Blanca cerró sus puertas el pasado 16 de junio de 2020, entre denuncias infructuosas de los usuarios por el impune robo de pertenencias en los casilleros. Ahora, los empresarios regios Garza Lagüera y Garza Santos tienen proyectado ahí la construcción de un complejo comercial y habitacional con torres de hasta 20 niveles de altura. Inclusive se especula que de ahí partiría el puente vehicular de casi 8.7 kilómetros que cruzará la Laguna Nichupté que iría del centro a la zona hotelera.

 

Para que estas obras puedan arrancar, en el Ayuntamiento de Benito Juárez, a cargo de Mara Lezama, ya se están acelerando los trámites de reclasificación del uso de suelo y destino dentro del proyecto del nuevo Plan de Desarrollo Urbano de Cancún.

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