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Por Pedro Canché
En el recuento de daños, a Puerto Morelos le tocó bailar con la más fea.
“Estamos en recorridos Pedro casi no tenemos señal”, me contestó la alcaldesa Laura Fernández Piña en la mañana.
Dijo el gobernador Carlos Joaquín, de Delta:
-A las 5:45 am aproximadamente tocó tierra sobre #PuertoMorelos, sus bandas más fuertes están al norte hacia #Cancun. Ha perdido fuerza.
En efecto, Delta bajó su intensidad y tocó tierra en esta ciudad antigua como categoría 2.
En la medianoche y madrugada aún estaba el debate estéril de si Delta era huracán 3 o 4. El gobernador vio un reporte que indicaba un debilitamiento de 4 a 3 en la categoría del meteoro y lo anunció en el reporte de las 10 de la noche.
Medios nacionales reportaron que estaba en categoría 4, pero esta aparente contradicción se resolvió momentos antes cuando en efecto los expertos reconocieron el debilitamiento de Delta, que al final pegó como categoría 2. Debate estéril.
Cozumel recibió el primer golpe y sobrevivió. Árboles y ramas se sacrificaron por los ciudadanos. Deberán estar agradecidos y sembrar más en su honor.
Y fue Puerto Morelos el más afectado. Ahí pasó el huracán del alfabeto griego, dejando postes en el suelo y vegetación podada.
En Playa del Carmen a Delta no le gustó también los espectaculares y los derribó.
En Cancún la energía eléctrica se fue a las 4:30. El periodista Sergio Caballero, de Noticaribe Peninsular me escribió a esa hora y plasmó los sentimientos del Cancún golpeado:
“Parecería que «Delta» desafía a los que minimizaron su poder. Que está compacto, que pasará muy rápido, que trae poca agua.
Delta, letra griego, al acabarse el abecedario latino, es los últimos invitados de está incansable temporada de ondas tropicales, sistemas de bajas presión, depresiones, tormentas y huracanes.
Y no por ser de los últimos quiere pasar desaparecido.
Como un ser inimaginable que sabe que su principales ventaja es el miedo del adversario. Te ataca atendiendo tus sentidos y exacerbando tus miedos.
Domina todo el campo de batalla, mientras que la única defensa de su enemigo es que vaya pronto, lo más rápido posible para hacerle a otros, en un sitio distante, lo que hiza a placer con nosotros.
No tenemos defensa. La oscuridad y la colérico sinfonía de ruidos retorcidos, son sus principales aliados, de este engendro que insiste en desmoralizarnos, agotarnos, maniatarnos y derrotarlos lentamente.
Ya ha transcurrido una hora en esta desigual batalla. Por casi dos días le estudiamos. Conocimos todas sus armas. La fuerza de sus vientos, su velocidad, su presión y hasta su trayectoria.
De poco nos sirvió. Parecería que nos escudriñó aún más o quizá, una de sus colegas le dijo, que somos demasiado vulnerables pese a la experiencia, a la tecnología y que somos demasiados y que llevamos siglos teniendo a la tierra como rehén.
Delta ganó y se fue”.
Delta dejó incomunicados a Cancún con una señal celular bastante débil y los WhatsApp sin mensajes o muy pocos.
Sí, Delta ganó…
