Las grandes empresas buscan adueñarse de las semilla través de una reforma que contempla “costosas multas, penas de cárcel, e incluso la quema de las cosechas, si los campesinos y campesinas intercambian libremente las semillas”, advierte la Campaña Nacional Sin Maíz No hay País.
En un comunicado la organización denuncia como privatizadora la reforma a la Ley Federal de Variedades Vegetales (LFVV) y que abre “la puerta a la siembra de semillas transgénicas”, además de adueñarse de las mejores tierras y del agua.
La iniciativa fue presentada el mes de marzo por el diputado por Morena, Eraclio Rodríguez Gómez, que además es presidente de la Comisión de Desarrollo y Conservación Rural, Agrícola y Autosuficiencia Alimentaria.
Actualmente la LFVV reconoce la diversidad biocultural, la soberanía alimentaria y el libre intercambio de semillas, por lo que el comunicado hace un “llamado enérgico” a no aprobar la reforma por las consecuencias sociales y ambientales que afectaría los derechos de toda la población.