Emblemático proyecto de 4ta transformación causaría graves impactos ecológicos en la Península de Yucatán

junio 14, 2020
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(Maximiliano Carranza/Sopitas) El Tren Maya ha quedado una vez más en el centro de la discusión. A menos de una semana de que se celebrara el Día Mundial del Medio Ambiente y mientras una emergencia sanitaria tiene a México prácticamente encerrado, este proyecto emblemático de la administración actual está siendo seriamente investigado por el impacto ecológico que puede tener en la Península de Yucatán.

Además, las escenas recientes no ayudaron: la semana pasada, el presidente López Obrador pasó varios días en esa zona dando un controvertido banderazo de salida. 

Se espera que un proyecto del tamaño del Tren Maya tenga un impacto impresionante —económico y social— en la Península de Yucatán. Sin embargo hay algo preocupante: organizaciones, especialistas y el propio gobierno han admitido que este ferrocarril va a tener fuertes daños ecológicos en la región. 

¿Qué tan fuertes? Solo incluyendo los documentados, oficialmente incluye la quema de combustibles fósiles, la falta de permisos ambientales y el daño de un montón de especies protegidas.

El Tren Maya funcionará con Diesel

De acuerdo con información del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), el Tren Maya va a funcionar con un motor impulsado por Diesel. 

Las razones son muy simples: ahorro.

Aunque se esperaba que el tren fuera eléctrico, resulta que esa propuesta es un 6.8% más cara, así que las autoridades decidieron apostar por las energías fósiles. Además, según reporta El Universal, en nuestro país no hay suficiente Diesel como para darle abasto al funcionamiento del Tren Maya, así que tendría que ser combustible importado. 

Importante notar que los motores de Diesel —a pesar de que generan menos emisiones de CO2— sí producen muchas más partículas contaminantes que los combustibles regulares.

No tienen evaluaciones ambientales

Una de los principales puntos a favor del Tren Maya es que, en su planeación, se consideró reutilizar vías que ya existían. Sin embargo, esa decisión —aunque a primera vista responsable—permitió que las autoridades mexicanas evitaran hacer evaluaciones ambientales. 

Esto fue confirmado por la propia Fonatur en un comunicado aclaratorio. 

Las evaluaciones ambientales no se hicieron gracias a un pequeño escondite legal: como las vías fueron construidas antes de 1988, no están sujetas a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente. Los trabajos actuales en el Tren Maya únicamente cuentan como “rehabilitación y mejoramiento”, por lo que pudieron saltarse las normativas actuales.

¿Y sí son solo mantenimiento? Pues no pareciera. Como menciona la revista Proceso, se planea duplicar las vías, aumentar el número de trenes y talar la vegetación a 20 metros —de cada lado.

Miles de jaguares corren riesgo

Hace unos meses, cuando se anunció el trazado del Tren Maya, los especialistas advirtieron del gran número de especies que estaban en peligro.

Una de ellas, específicamente, son los jaguares del que solo quedan cerca de 4 mil 800 ejemplares en México.

Gerardo Ceballos, presidente de la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar, señaló que cerca de dos mil jaguares corren peligro pues el proyecto estrella gubernamental pasaría por áreas naturales protegidas, incluyendo el Parque Nacional Tulum y las reservas de Yum Blam, Sian Ka’an y Calakmul.

Afectará el agua de la región

El Conacyt creó un grupo que analizara los riesgos de la construcción e implementación del Tren Maya y fue ahí donde encontraron que la situación del agua podría ponerse complicadísima.

“Tendrá un impacto negativo en los servicios ambientales que nos brindan los ecosistemas que serán afectados”, explicaban los científicos en el documento publicado por las propias autoridades. Ahí se destacan los daños en el manto freático de la Península de Yucatán, en el anillo de cenotes —denominado Reserva Geohidrológica en 2013— y la pérdida de agua en los principales sistemas costeros de la región. 

Señalan también que el agua recuperada en Calakmul, que alimenta más de 60% de las cuencas en Yucatán, podría estar en riesgo.

¿Tala indiscriminada?

En la página oficial del Tren Maya se acepta que habrá algunos daños en el medio ambiente. “En los casos que no sea posible contener del todo los efectos, se contrarrestarán con programas dirigidos a recuperar esos recursos naturales”, señalan. Sin embargo, algunas ONG han mencionado que no han contemplado la verdadera magnitud del daño posible.

“El trazado del Tren Maya debe revisarse, consultarse con pueblos indígenas y evitar su paso por las Reservas de la Biosfera”, señalaba la organización Salva a la Selva. 

Además de los 20 metros a cada lado de tala de árboles, los activistas mencionan que el impacto ecológico del Tren Maya puede ser todavía mayor. En una carta dirigida al presidentemencionan que la construcción “generará inevitablemente ruido, contaminación, extracción de recursos pétreos, obras de cimentación y nuevos centros de población” en reservas protegidas de nuestro país.

*Con información de Proceso, El Universa, Animal Político, Forbes y BBC

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