Carlos Torres, el farol que llegó al Caribe ha muerto

junio 14, 2020
por

Adriana Varillas

(Estamos Aquí)

texto original publicado en el medio Estamosaqui.mx con el título: Fallece el poeta y ensayista, Carlos Torres. El solitario “flamboyán en incendio”

13 de junio/ Cancún, Q. Roo.- Entre carencias y negligencias del sector salud, el escritor, Carlos Torres Brambilla, falleció en Chetumal la mañana de hoy, Día del Escritor, a los 71 años de edad, derivado de complicaciones en el corazón y los pulmones, a causa del coronavirus COVID-19, que lo mantuvieron internado desde el 18 de mayo pasado en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

El ensayista, pionero de la crónica cultural en los diarios Por Esto, La Crónica y La Voz del Caribe, en Cancún, y escritor en la Casa de la Cultura de esta ciudad, radicaba desde 2005 en Chetumal, capital del estado, en donde colaboró para la Secretaría de Cultura de Quintana Roo y recientemente para la Universidad Tecnológica.

El pasado 18 de mayo -el decano del Periodismo Cultural en Quintana Roo, como lo calificó hoy la periodista y difusora cultural, Alejandra Flores- ingresó a la clínica del ISSSTE por sangrados en el tubo digestivo; después de estudios fallidos y descuidos del personal -denunciados por los amigos que le asistieron- el cinco de junio le diagnosticaron COVID-19.

Al día siguiente, el también colaborador de Estamosaquí.mx, presentó un choque séptico por insuficiencia respiratoria y cardiaca, debido al coronavirus y fue intubado, pero cuatro días después los médicos dijeron que se había “curado” y pensaban darlo de alta.

María del Carmen González, quien estuvo asistiéndolo durante todo este periodo, dijo en entrevista con este medio, que ayer habló con el director del Instituto, quien le comentó que la salud del también poeta, autor del libro “Canción para la luz de tus ojos”, había mermado nuevamente y presentaba problemas en el corazón, por lo que debían intubarlo otra vez.

Esta mañana, a las 10:30 horas, fue notificada de la muerte del autor de “Los arrebatados cuentos mutuos” y de “Nueve Voces” -libros de poesía y relato- quien durante siete años fue comentarista de temas culturales en la revista radiofónica “Al mediodía” del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (SQCS).

La muerte del maestro, Carlos Torres, nacido en San Andrés Tuxtla, Veracruz, en 1949, causó profundo pesar en el ámbito intelectual de Cancún y Chetumal.

Con una vida solitaria, enriquecida en conocimiento, pero precaria económicamente, su círculo cercano inició una colecta para pagar los gastos funerarios.

Sus amigos más cercanos describen al ensayista como un lector y estudioso, poseedor de una cultura “avasalladora”, que lo mismo escribía ensayos literarios, que críticas sobre Pintura, Danza o Cine. Conocedor de diversas religiones, podía hablar sobre el Cristianismo o el Budismo, con profundo conocimiento.

Alto, delgado, cargando al hombro un morral de cuero, su cámara, un libro y revistas enrolladas bajo el brazo; descrito como un hombre solo, poco sociable, callado y sumamente espiritual, Carlos acumuló letras, libros, conocimientos, reflexiones, dudas y certezas.

Sin casa, ni auto propios, sin dispendios, vivía al día, para leer y escribir. También bebía, por lo cual padeció del hígado.

Roberto Estrada Vega, ex director del Instituto Quintanarroense de Cultura, afirma que Torres Brambilla era “un erudito”, siendo lo más sorprendente, que carecía de formación escolar.

“No tenía estudios, se formó a través de la lectura, de los libros. Era verdaderamente un hombre culto, una gente de letras”, indica.

En sus inicios, obtuvo el primer lugar en un concurso internacional de ensayo literario, convocado por el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias de la Universidad Veracruzana, con el trabajo “Muerte sin fin y Circuncisión del sueño: Correspondencias diametrales”, en 1978.

El jurado calificador estuvo integrado por figuras como Juan García Ponce, Augusto Monterroso y Jorge Ruffinelli.

Dos años después fundó la página cultural “1.6-18/ Sección de Oro”, para el Gráfico de Xalapa. En 1982 fundó la página sabatina “Universo cultural” en el diario El Universal de Veracruz.

Para 1984 creó el suplemento cultural “Esquife” en el diario El Dictamen de Veracruz y, en ese mismo puerto, creó una revista de circulación nacional llamada “Fases”.

En los años 90 se mudó a Cancún, en donde fundó la sección cultural del diario Por Esto, en Quintana Roo, en 1993. Aquel momento fue recordado hoy por la periodista, Gloria Palma Almendra, en sus redes sociales:

“A principios de los 90 me tocó recibir a Carlos Torres. Venía de Veracruz. Era parte de ese grupo de veracruzanos inteligentes que arreglaban el mundo con uno o dos tragos de ron y que se integraron al proyecto”, escribió, la entonces subdirectora del nuevo diario.

“Me sorprendió la amplia cultura de Carlos, pero más que nada su enorme sensibilidad, una sensibilidad a flor de piel que lo conducía al temor incluso de tener hijos: ‘No podría soportar que sufrieran en el mundo’”, evocó, la también escritora, citando al poeta.

En el 2001 Torres Brambilla creó el suplemento cultural “Vértice”, para el periódico La Crónica, que dejó de circular en 2002.

En ese año fue becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Quintana Roo, para desarrollar un libro de ensayos titulado “Siete voces”, publicado como uno de los textos premiados en 2007, dentro del primer concurso de publicación de libros “Juan Domingo Arguelles”, convocado por la Secretaría de Cultura de Quintana Roo.

Publicó también las antologías “Voces de ciudad joven” y “Cancún, poesía selecta”. Su último libro “La Siega”, una compilación de reseñas, fue presentado por Estrada Vega en la Casa del Escritor de Bacalar y en Chetumal y sus últimos 10 ensayos se publicaron en EstamosAquí.mx

Columnista en La Voz del Caribe a partir del 2003 -diario que dejó de circular en noviembre del 2005- Carlos Torres contaba con un espacio que llamó “Hebdomadario”, en el cual publicó ensayo, poesía y críticas literarias.

La escritora, Michele Moreno, en su columna “La Correista” -publicada también en La Voz, en 2002- describió a Torres Brambilla como un “escritor y poeta sumamente volátil, que a veces recuerda que hay alguien frente a él en una mesa de café”.

A propósito de un cuento titulado “Los flamboyanes”, de la autoría de Torres Brambilla, Moreno lo dibujó en estos términos:

“Amigo incondicional, para quienes supieron esperar que pasara la tempestad, Carlos Torres es, sin lugar a dudas, uno de los intelectuales más importantes y más auténticos de Cancún. Amigo de pocos, maestro de muchos. Lector apasionado que puede pasar 14 o 15 horas con un libro entre las manos”.

La escritora, en aquella columna de corte cultural, ubicó al ensayista, poeta y crítico literario, en su dimensión profesional y personal:

“Carlos tiene una trascendente trayectoria como escritor y periodista. Tiene cara de malo, pero es una de las personas más sensibles que yo haya conocido. Es un poeta y es un estudioso. Es enigma y es casa. Es la banca de un parque dorado y es un flamboyán en incendio”.

(Estamos Aquí)

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