(La Izquierda Diario)
Dicho operativo está conformado por 2 mil 641 elementos de la Guardia Nacional, 2 mil 330 de la Sedena y 433 de la Marina. Además estos están en coordinación con 4 mil 109 policías estatales y 12 mil 861 municipales.
El secretario de la Sedena informó que los labores que están realizando son el resguardo de los hospitales, de “zonas que necesitan patrullaje” sin especificar cuáles, así como el transporte de insumos.
El gobernador del estado también presente, hizo gala de los bajos índices de violencia en Chiapas aludiendo a que esto ha sido posible gracias al actuar de las fuerzas armadas. Lo que no mencionó fue el constante atropello contra las comunidades indígenas y los defensores de la tierra por el mismo Estado con claro apoyo de los cuerpos armados.
Por ejemplo la detención y encarcelamiento de Cristóbal Santiz Jiménez, defensor de derechos humanos, en marzo de este año o del enorme desplazamiento -que alcanza la cantidad de 9,950 en los últimos 14 años– que ha implicada la construcción del Tren Maya y demás megaproyectos, claramente con ayuda de la propia Guardia Nacional y las previas políticas de militarización.
Sobre la colusión de los grupos paramilitares que históricamente han amedrentado a las comunidades zapatistas e indígenas y su colusión con el gobierno, tampoco mencionó nada.
En dicha conferencia de prensa, López Obrador insistió en que la política de la Guardia Nacional, tiene la intención de garantizar la paz y tranquilidad de la población, pero los hechos dicen otra cosa.
La concentrada presencia de las fuerzas represivas en el estado de Chiapas no es casual, pues coincide con el impulso del Tren Maya, el mega proyecto número uno de la 4T que ha sido ampliamente repudiado por organizaciones sociales, pueblos indígenas y defensores de la tierra no sólo en el estado de Chiapas, sino en todo el país.
La consulta amañadas de López Obrador no fue suficiente para lograr imponer este proyecto y acallar a quienes se oponían, es por eso que la presencia de 22 mil efectivos de todos los niveles de fuerzas armadas, se hace necesaria en el estado del sureste.
El gobierno del Morena ha demostrado ya que con tal de garantizar sus planes y megaproyectos es capaz de aprobar leyes como la Ley Garrote en Tabasco para avanzar con la refinería de Dos Bocas.
En el marco del aumento de la represión a nivel nacional, no solo por el gobierno federal sino también por los locales, no podemos permitir en que avancen en imponer una mayor presencia militar y policiaca en las calles.
El asesinato de Giovanni, Óliver, Carlos y tantos y tantas más a manos de la policía, ponen en evidencia que sus policías y militares no están para brindar paz y tranquilidad al pueblo pobre y trabajador sino al gobierno y los empresarios que agrandan sus bolsillos con megaproyectos como el Tren Maya.
Pueblos indígenas, defensores de la tierra, jóvenes y trabajadores podemos articular nuestras luchas pues al final perseguimos un mismo fin, acabar con las fuerzas represivas del Estado y con sus proyectos de miseria que sólo traerán mayor desplazamiento, precarización y daño al medio ambiente.