Felipe Carrillo Puerto.- Cuando ayudaba a combatir un incendio en su ejido, Antonio de Reforma Agraria bebió agua de su bomba aspersora que días antes había utilizado para fumigar, por lo que murió cuando era trasladado al hospital.
Ese fue el triste final del voluntario de 55 años que acudió desde temprano a combatir el incendio en Reforma Agraria, en un momento de descanso quiso satisfacer su sed del recipiente de la bomba aspersora pero se le olvidó que había usado insecticida días antes para fumigar y se sintió mal.
En el trayecto de 40 kilómetros vino acompañado de su esposa quien sufría al ver que murió su cónyuge.
La camioneta F150 quedó en la puerta del hospital general con el cuerpo inerte del voluntario.