Por Sandra Romero
“El poder marea a los inteligentes, y a los tontos los vuelve locos”
Cancún, 9 de febrero.- Un gran error cometió la diputada Reyna Durán el miércoles de la semana pasada, y fue el intentar engañar a los integrantes de la Junta de Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo) en la XVI Legislatura, a quienes les dijo que tenia el aval del “supremo” para destituir al secretario general Arturo Castro, lo cual no era verdad.
Desde ese momento, los coordinadores de los partidos PAN,PRI, PRD, PV, PT, MAS y MC, que conforman la Jugocopo y que, dicho sea de paso son viejos lobos de mar en los temas políticos y legislativos, se dieron a la tarea de corroborar el dicho de la diputada, y cual fue la sorpresa cuando se enteraron que no era así y, por ende, hicieron a un lado el punto de acuerdo puesto en la mesa por la diputada.
Es por ello que la intentona de Reyna Durán no aparece en ningún acta de sesión de la Jugocopo, puesto que los coordinadores no se la aceptaron y la echaron al bote de la basura. Obvio todo ello fue a puerta cerrada.
Desde ese momento comenzó la caída de Reyna Durán, primera mujer en ocupar la recién creada Jugocopo, perdió la confianza de los coordinadores quienes ya no se sienten a gusto con ella en la presidencia de la Junta, además que faltó a un acuerdo nacional, puesto que el nombramiento de Arturo Castro fue avalado desde la dirigencia nacional de Morena.
A ello hay que sumar -se ha filtrado a los medios de comunicación- el gasto desmedido que ha tenido en un mes y semanas de su gestión, con lo cual podría pasar a ser parte de los diputados investigados por irregularidades en el manejo de los recursos.
Pero en el caso de Reyna Durán, una de las seis mujeres que forman parte de la bancada de Morena, traiciona los principios de ese partido y que tanto ondean a nivel federal, que tienen que ver con no robar, no mentir y no traicionar.
Por otro lado, en tan poco tiempo la diputada logró hacerse del rechazo de los reporteros que cubren la fuente legislativa, al girar indicaciones para negarles el acceso al área de cubículos de los diputados, con lo cual los reporteros no tienen posibilidad alguna de acceder a los legisladores, más que cuando llegan y se retiran de sus oficinas.
Bien dice el refrán que el poder marea a los inteligentes, y a los tontos los vuelve locos. Hasta la próxima.