¿Acaso se le puede llamar “diálogo” al encuentro del presidente Andrés Manuel López Obrador con los dignatarios mayas, donde él, solo el cómo es su costumbre habló un ratito desde el atril?
Además de los 50 minutos que habló no hubo traducción a la lengua maya ni participación de sus interlocutores. No pidió opiniones de nadie, argumentos pues.
Solo hizo al borrego consulta en donde todos por la presión del momento alzaron la mano, como con Barrabas.