Cancún.- Un conductor de la plataforma digital Uber fue víctima de una agresión, al recibir varias descargas eléctricas de una pistola eléctrica (taser) por dos falsas clientes, que resultaba que lo llevaban a un retén del Instituto de Movilidad de Quintana Roo. El hombre ya interpuso su denuncia ante la Fiscalía General del Estado.
Nuevamente, la manera de trabajar de los inspectores del Imoveqroo, en contubernio con falsas clientes que llevan a los conductores a un retén, llamadas “cuatreras” por los operadores de Uber, quedó en evidencia, al ser grabados los instantes posteriores a la agresión.
En el video se ve cómo el conductor se repone del dolor de las descargas eléctricas, para luego ser abordado por el agente del Imoveqroo, quien ignoró la agresión sufrida y que directamente procedió a infraccionarlo.
En entrevista, el sujeto narró que brindó servicio a estas dos mujeres desde una privada, pero ya en el trayecto otros operadores de Uber le advirtieron que había un retén en el punto de destino, por lo que se trataba de una trampa. Al indicarles a las mujeres que se desviaría, ellas le dijeron que no, y una lo apuntó con el aparato de choques en el cuello.
En ese momento delante suyo se puso un Nissan Versa sin placas y con vidrios polarizados y las dos mujeres le advirtieron que si les sacaba fotos o video, esas personas vendrían a “partirle la m…”.
Por querer seguir la marcha, la mujer le dio entre tres o cuatro descargas eléctricas, mientras que la otra quitó la llave del contacto y torció el volante.
No pasó un minuto antes que le cerraron el paso los de la patrulla de Imoveqroo, que se movilizó del retén en el que estaban. Un inspector le tocó el vidrio y avisó que lo sancionaría por el servicio ilegal que brindaba, algo que el funcionario no tenía manera de saber que ocurría.
Por los hechos, el afectado ya interpuso una denuncia, por agresión, en contra de estas mujeres, que son lo que los operadores llaman “cuatreras”, dedicadas a ponerles trampas. Ya anteriormente, otro video surgió de una agresión contra otro operador por una mujer, que incluso le robó su celular, para que no saliera su cara.
Desde la existencia de Sintra se utiliza esta táctica como una manera de atrapar a los operadores, quedando la interrogante de quién contrata a estas ciudadanas y quiénes son los supuestos “golpeadores” que las acompañan en vehículos sin placas.
Apenas el lunes, un grupo de operadores de Uber salió a denunciar el acoso que dicen sufrir a manos del Imoveqroo, que les tiene un “marcaje personal” a pesar de que, según declaraciones de la propia dependencia, no se dan abasto para regular el transporte público en Benito Juárez.
También alegaron que existe un amparo que permitiría su operación y que no es respetado.
En respuesta, el Imoveqroo emitió un comunicado anoche, indicando que sí existe este amparo, pero que la medida cautelar es que deben acatar la Ley de Movilidad, previo a su reforma por el Congreso. Esto significa, que debieran obtener un permiso por parte de la autoridad.
Uber sí había solicitado dicho permiso, el que el Imoveqroo dejó sin contestar. Procedería la entrega del mismo por “afirmativa ficta”, pero esta empresa todavía no lo tiene.