Chetumal.- Al incrustar a Tomás Sánchez Cabrera como Director de áreas naturales protegidas en el Instituto de Biodiversidad y Áreas Naturales Protegidas del Estado de Quintana Roo (Ibanqroo), el Secretario de Ecología y Medio Ambiente (Sema), Alfredo Arellano Guillermo completa el cuadro para beneficiarse de esta dependencia y de los negocios que protege, al amparo del poder.
Lógicamente, para contratar a Sánchez Cabrera se tuvo que pasar por el filtro de la Oficialía Mayor que tiene a su cargo Manuel Alamilla Ceballos, donde a pesar de anunciar ante los diputados de la XVI Legislatura, parece que los cargos no pasan por el tamiz del Servicio Profesional de Carrera, sino que se otorgan a discreción.
Una fuente al interior de la dependencia denunció que la designación de Tomás Sánchez Cabrera como el responsable de las áreas naturales protegidas y del Instituto de la Biodiversidad en el Estado, relata que cuando el nuevo funcionario ocupó el cargo de Jefe del Departamento de Ecología de Othón P. Blanco en el periodo 2002-2005, en la administración de Eduardo Espinoza Abuxapqui, donde los propietarios de predios ubicados a la orilla de la bahía de Chetumal se quejaban por las extorsiones constantes, quien les pedía dinero por supuestamente estar ocupando la zona federal marítimo terrestre, recursos que nunca ingresaron a las arcas municipales.
“En ese tiempo, los colaboradores que no se alineaban a sus artimañas, eran sometidos mediante terrorismo de hacer las cosas como él dice o tenían consecuencias; siempre acosando laboralmente hasta que finalmente logro que renunciara Mónica Chargoy Rosas. Pero Gonzalo Vidaña Espejo logró aguantar estos embates y justo en la llegada de Cora Amalia Castilla Madrid como presidente municipal (2005-2008) es que se logra tomar cartas en el asunto y lo corren de la administración pública municipal”, revela la fuente.
No solamente en la dependencia municipal dio visos de corrupción Tomás Sánchez, sino que también en el ámbito federal, pues al estar a cargo de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), empezó a generar un estado de desconfianza en el personal, logrando incrustar en las áreas estratégicas a sus colaboradores para poder operar desde allí los diezmos de los programas públicos federales. Por pones un ejemplo, puso a Genny Lizbeth Félix Alamilla (prima del Oficial Mayor) en el área administrativa y a Rubén Villanueva en la jefatura de Restauración, donde se operan los jugosos proyectos de compensación ambiental; basta con investigarlos para ver si pueden comprobar la adquisición lícita de todos los bienes que hoy poseen, placas de taxi, vehículos del año, negocios, entre otros.
Por la falta de responsabilidad como funcionario público, Tomás Sánchez fue inhabilitado por meses por parte de la Secretaria de la Función pública en el año 2014, pues se le encontró evidencia de actos de corrupción, acoso laboral y acoso sexual, cosa que no pudo pasar por alto el gerente de la Conafor que en su momento lo ocupaba Alberto Escamilla Nava, iniciándole el procedimiento que derivo en la inhabilitación.
Ahora la cuarta transformación investiga y evidencia a los corruptos, pero la administración estatal del supuesto “cambio” los cobija, la incongruencia de Alamilla Ceballos, pues en su discurso y comparecencia en el Congreso del Estado dice que es una dependencia técnica donde todo el que aspire a un cargo público tiene que concursar y ganarse su plaza, parece que se le olvidó en este caso con Tomas Sánchez, pues le fue asignado recientemente el cargo de Director de áreas naturales protegidas en el Instituto de Biodiversidad y Áreas Naturales Protegidas del Estado de Quintana Roo, donde seguramente repetirá este patrón de comportamiento, lo que les espera al personal del Instituto.