Por Pedro Canché
Primero acusó intervencionismo y resulta que quien intervino en la vida de un partido político ajeno al suyo, fue él. Y es que hoy se confirmó que Edgar Gasca Arceo, metió la mano hasta adentro del proceso de selección en el PAN estatal.
¿Quien lo descubrió? Nadie. Fue el mismo dirigente saliente, Juan Carlos Pallares quien exhibió a su aliado al declarar abiertamente que hace más de una semana se reunieron en las oficinas del Congreso del Estado para acordar la salida de Arcila.
Ya se hizo público en una declaración en medios. El mismo Pallares lo reconoció. “Sí, fui a la oficina de Gasca la semana pasada” dijo, hasta con cierta inocencia, seguramente obnubilado por su decisión. Y remató, ¿a qué fue?, pues a abordar la salida de Arcila. Como dicen los abogados: a confesión de parte, relevo de pruebas.
Será el próximo 10 de noviembre cuando la militancia panista salga a las urnas a elegir entre Faustino Uicab y Eduardo Pacho como dirigente estatal. Uno de ellos dos suplirá a Juan Carlos Pallares que antes de irse lanza un coletazo y entrega la cabeza de Eduardo Martínez en la oficina de Gasca, aquella oficina que está en proceso de impugnación por la diputada Reyna Durán.
En política nada es lo que parece y tampoco hay sorpresas, era de esperarse que Pallares buscara negociar espacios o algo más antes de irse. Su problema es que negoció con alguien que ha puesto en duda el cumplimiento de su palabra y a quien le quedan -en caso de que la justicia no sea pronta y expedita- 10 meses al frente de la Jugocopo, órgano de reciente creación en el Congreso.
Sin dudarlo, Gasca vio la oportunidad y mandó llamar a Pallares quien, presuroso, se apersonó en las oficinas de Gasca. Ahí unieron intereses. Y terminó por vender a quien le había prometido lealtad.
Decisiones así, tienen un punto de retorno, en otro momento, en otra circunstancia, en otra época, pero siempre regresan.
Eduardo Pacho podría estar contento, pues lograron un apoyo externo que creen fuerte, como puede ser el señalado diputado ex priísta y hoy Moreno, Edgar Gasca Arceo. Ese candidato reza por ganar y que el bumeran no lo alcance en el corto plazo. O como lo decretó Isaac Newton, eso que subió, en un momento va a bajar.
Serán los mil 784 militantes los que están llamados a las urnas para elegir a su dirigente y deberán decidir entre el candidato de Gasca o el de Arcila, Faustino Uicab, personaje que también suma apoyos, pero estos sí dentro del PAN. Lo harán con su credencial de elector y con su huella digital.
Mientras tanto, comentan que en el edificio de la explanada de la Bandera, en Chetumal, hay molestia por esta decisión de último momento en la dirigencia del partido y esperarán los resultados para cobrar la factura que está pendiente.
Y no es todo. Desde avenida Coyoacán, en la
Colonia Del Valle, en el centro del país, también se han enterado de este pacto y del regalo en charola de plata que le han llevado al escritorio de Gasca, sin embargo, esperarán a que transcurra el proceso interno con el fin de que salga limpio y en orden para, después, esperar el regreso del bumeran que ya tiene destinatario.