Al sitio, ubicado en la glorieta del cruceo con la calle 47, llegaron agentes de la Policía Municipal que dialogaron con los manifestantes para que desistieran de su actitud.
Eran aproximadamente las 8 de la noche cuando el grupo de ciudadanos, integrado por cuatro mujeres y cuatro hombres, llegaron al monumento dedicado a Francisco de Montejo y su hijo Francisco de Montejo el Mozo.
Uno de los varones comenzó a escarbar un hueco en el área jardinada del monumento, a fin de sembrar una rama de ceiba, el árbol sagrado de los mayas.
La protesta se hizo en el marco del 12 de octubre, fecha en la que anteriormente se celebraba el Día de la Raza o de la Hispanidad, con motivo del descubrimiento de América, que ahora se denomina “encuentro de dos mundos”.
De acuerdo con los manifestantes, el monumento al conquistador y su hijo representa una ofensa para el pueblo originario de Yucatán, porque recuerda y hace honor a quienes se apropiaron de esta tierra cometiendo exterminio y sometiendo a los mayas.
La ceiba, como ocurre con muchos árboles nativos, es fácil de sembrar y basta una rama o un tronco para que “pegue”, y brote un nuevo árbol.