Fuente (CNN) — Para series como “Breaking Bad” o “Downton Abbey”, resulta que cuando aparece el letrero de “Fin”, en realidad no iba tan en serio. De hecho, con el fuerte apetito que existe por el contenido basado en títulos ya reconocidos, se trata más bien del comienzo.
No había razón para pedir más de “Breaking Bad” después del final de la serie en 2013, que dejó algo de redención al personaje principal, y más de 10 millones de espectadores a AMC. Lo mismo ocurre con “Downton Abbey”, que no dio solución a todos los cabos sueltos, pero que sí dejó los suficientes “y vivieron felices para siempre” como para dejar una sólida sensación de satisfacción.
Sin embargo, en estos días, nada de lo que es popular puede estar seguro de descansar en paz. Todo lo cual explica por qué “El Camino: Una película de Breaking Bad” llega a cines selectos y a Netflix este fin de semana, apenas tres semanas después de que la película de “Downton Abbey” liderara la taquilla, acumulando casi 140 millones de dólares en todo el mundo hasta el momento.
Cuanto más largo sea el espacio, teóricamente, mayor será el factor de nostalgia, aunque los productores a veces han esperado demasiado para los relanzamientos. Una segunda película de “The X-Files”, subtitulada “I Want to Believe”, aterrizó tímidamente en 2008, recaudando un poco más de 20 millones de dólares en Estados Unidos
Lo que parece evidente es que la mayoría de estos viajes en la máquina del tiempo son más fáciles de justificar comercialmente que por su creatividad. Ya es bastante difícil cumplir con las expectativas en el final de una serie exitosa, sin tener que desenterrarla y tratar de hacerla aterrizar nuevamente.
“Downton Abbey”, la serie, disfrutó de grandes elogios, pero la película recibió críticas divididas. La columnista del Los Angeles Times Mary McNamara resumió el enigma más grande, escribiendo: “¿Por qué, en esta era de la televisión cinematográfica, y después de debacles como las películas ‘Sex and the City’, ‘The X-Files’ y (miedo) ‘The Powerpuff Girls”, por qué seguimos agregando películas tras los finales de programas de televisión muy buenos?”.
“La respuesta: por los fanáticos”.
De hecho, siempre y cuando los fanáticos muestren la voluntad de apostar por la avalancha inicial de reconocimiento que tuvieron estos proyectos, los productores y los estudios buscarán ansiosamente llenar el vacío.
En cuanto a los obstáculos creativos que surgen, queda por ver si “El Camino” tiene la fórmula correcta para eliminarlos. De cualquier manera, es una prueba más de que cuando en el futuro veamos el letrero “Fin”, el descargo de responsabilidad tácito será: “Por ahora”.
“El Camino: Una película de Breaking Bad” se estrena el 11 de octubre en Netflix y cines selectos.