Por Abraham Gorostieta
Cancún, Quintana Roo.- La comunidad científica ha lanzado la alerta: el cambio climático hará crecer los mares y esto incrementara el nivel del mar sobre zonas costeras en el mundo. México al ser un país que colinda con dos océanos, el Pacífico y el Atlántico, su zona de riesgo de ser inundadas sus costeras, es mayor.
En un artículo que publica la revista ‘Science’, los investigadores AR Siders, de la Universidad de Harvard; Miyuki Hino, de la Universidad de Stanford, y Katharine Mach, de la Universidad de Miami, debaten sobre por qué, dónde, cuándo y cómo las comunidades deben planificar el retiro.
El científico Siders simplemente dice que luchar contra el océano es una batalla perdida. «Necesitamos dejar de imaginar nuestra relación con la naturaleza como una guerra. No estamos ganando o perdiendo: nos estamos adaptando a los cambios en la naturaleza. Los niveles del mar aumentan, las tormentas llegan a las llanuras de inundación, por lo que debemos retroceder –advierte en un comunicado-. Podemos hacerlo de la manera difícil, luchando por cada centímetro y perdiendo vidas y dólares mientras tanto. O podemos hacerlo de forma voluntaria y reflexiva y aprovechar la oportunidad para repensar la forma en que vivimos en las costas. Es por eso que el retiro debe ser estratégico y gestionado».
La hipótesis de Siders es secundada por la científica de Miami, Mach, quien afirma que se acumulan los cambios debidos a incendio, sequía y desertificación, aumento del nivel del mar, calor extremo o fuertes lluvias. «Para mantener a las comunidades vivas y seguras, cambiar la narrativa puede ser una de las herramientas más poderosas que las sociedades tienen a su disposición. Como dice en una ocasión el general de infantería de marina Oliver Smith: ‘No nos estamos retirando, solo estamos avanzando en una dirección diferente'».
Pero entonces ¿qué hacer? Miyuki Hino explica que los principales obstáculos para esta retirada gestionada, hay que reconocer que «moverse es difícil» por motivos sociales, culturales y financieros.
Los científicos coinciden en que la mayor barrera para retirarse «es que existen beneficios a corto plazo para construir y vivir en áreas propensas a riesgos. A la gente le gusta vivir en estas áreas, a lo largo de las costas, en las riberas de los ríos, en la naturaleza propensa al fuego y los desarrolladores hacen fortunas construyendo nuevas propiedades en áreas propensas a riesgos».
Otra variante es que hay muchas personas que no son conscientes de los riesgos, mientras que otros eligen ignorarlos porque creen tener seguros los muros de contención los protegerán o simplemente se sienten afortunados.
Los científicos explican que las administraciones de los distintos gobiernos en todos los países que tienen costeras deben ya de tener que considerar que el retiro administrado debe integrarse en programas sociales y se deben reformar las políticas que dan incentivos a las personas para quedarse. En el artículo de la prestigiada revista científica se lee: «La retirada no puede ser solo para evitar el riesgo: debe ser acerca de avanzar hacia algo mejor.
En países como Estados Unidos y varios de Europa, los distintos gobiernos ya comienzan a implementar estrategias de retirada que por ahora son experimentales y buscan soluciones creativas desarrolladas por profesionales y rigurosamente probadas por científicos para aprender qué funciona y qué no.
Los gobiernos deben de estar conscientes en la intersección de los riesgos cambiantes de desastres, las fuerzas del mercado, las inversiones sociales y el bienestar de la comunidad.
Hasta ahora, México se ha mantenido fuera del debate científico y propuestas.
Con información de Science, The Guardian y Europa Press