Pocos saben de la entrevista Cárdenas-Castro Ruz que ocurrió en nuestra ciudad, en 1955, siendo un hecho que llena de orgullo a la historia del pueblo de Uruapan, ya que fue de gran relevancia el diálogo entablado entre el General Cárdenas y el joven Fidel Castro en vías de organizar la expedición revolucionaria que partiría a Cuba con el objetivo de derribar al dictador Fulgencio Batista.
En la obra de Doña Amalia Solórzano, esposa del General Lázaro Cárdenas, “Era otra cosa la vida” (pág. 87) señala la visita clandestina del cubano a Uruapan: “El General conocía al grupo de Fidel Castro antes de que los apresaran. Sé que los ayudó y hasta halló el modo de facilitarles todas posibilidades para que hicieran sus entrenamientos militares en Michoacán. Una vez estando en Uruapan le dijo a uno de sus ayudantes: van a venir unas personas en una camioneta, las haces pasar de inmediato. Cuando llegaron, el General estaba ocupado y el ayudante para no molestarlo no los anunció ni los hizo pasar hasta que se desocupó. El General se lo reclamó. Supe después que era Fidel Castro y algunos de sus compañeros”.
La casa donde Cárdenas vio a Castro, siendo en aquél tiempo Vocal Ejecutivo de la Comisión del Tepalcatepec, es donde ahora se localiza la papelería “El Lápiz Rojo”, situada en la esquina de Independencia y Juan Ayala, entonces propiedad de don Fernando Ríos Espinoza.
Otro valioso testimonio sobre Fidel Castro y su breve estancia en Michoacán, la refiere don Rafael Bejar (q.e.p.d.), vecino de Parácuaro, quien en sus memorias aseguraba que él, por instrucciones del General Cárdenas, había respaldado a Fidel Castro y su grupo que lo acompañaba para que se preparan militarmente en la región de la tierra caliente michoacana, donde lo apoyó con armas y espacio territorial para sus ejercicios militares.
Dicho sea de paso, en 1962 el general Cárdenas invitaría al gobierno de Cuba a asistir a un festejo conmemorativo con motivo de la Expropiación Petrolera, realizado en marzo del aquél año en la Plaza Morelos de Uruapan, a donde asistiría Raúl Castro Ruz y otros diplomáticos latinoamericanos.
En fin, pasaría más de una década de aquella imperiosa visita a Uruapan, cuando Castro, durante un viaje de doña Amalia Solórzano a su país, le dijera a una joven cubana con uniforme militar: “Esta es la esposa del general Lázaro Cárdenas. Si él no nos ayuda en nuestra preparación militar y no nos saca de la cárcel, en este momento no estaríamos aquí.”
Cabe citar que en plena guerra de guerrillas, desde la Sierra Maestra, el 17 de marzo de 1958, Fidel Castro le escribió a Cárdenas: “Eternamente le agradeceremos la nobilísima atención que nos dispensó cuando fuimos perseguidos en México, gracias a la cual hoy estamos cumpliendo nuestro deber con Cuba. Por eso, entre los pocos hombres en cuyas puertas puede tocar con esperanzas este pueblo que se inmola por su libertad a una millas de México, está usted.”
Y se despidió: “Con esa justificada fe en el gran revolucionario que tantas simpatías cuenta en nuestra patria y en toda América, se despide de usted, su sincero admirador. Fidel Castro”.
Recientemente, en México, como una notable muestra de reconocimiento al General Cárdenas, Raúl Castro entregó a lázaro Cárdenas Batel, nieto del ex mandatario mexicano, una de las armas que habían quitado a los invasores de Bahía de Cochinos, y le dijo: “Ya que no se lo pudimos entregar al General, se lo entregamos al nieto que lleva su nombre.”.
Es así como el hermanamiento y solidaridad de nuestro país con Cuba, da constancia hasta hoy día, y en ello también ha sido protagonista testimonial el pueblo de Uruapan.
TEXTO, SERGIO RAMOS CHAVEZ, CRONISTA DE LA CIUDAD DE URUAPAN.