Cancún.- Un estudio basado en 19 años de observaciones y publicado en la prestigiosa revista “Science” advierte por el surgimiento de un segundo mar de sargazos, que se extiende entre África y el Golfo de México, el que no se alimenta únicamente por descargas en el Amazonas, como se ha manejado hasta ahora.
El estudio se llama “The great Atlantic Sargassum belt” (El Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico) y está escrito por Mengqiu Wang, Chuanmin Hu, Brian B. Barnes y Gary Mitchum, todos de la Facultad de Ciencias Marinas, en la Universidad del Sur de Florida; así como por Brian Lapointe de la Universidad Atlántica de Florida; y Joseph P. Montoya, del Instituto de Tecnología de Georgia.
El original Mar de Sargazos, descrito por primera vez por Cristóbal Colón, se ubica entre Estados Unidos y Cuba.
Según el abstracto de la publicación, el Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico (abreviado por ellos como GASB) ha sido observado en satélites desde 2011, a menudo extendiéndose del oeste de África al Golfo de México. “En junio de 2018, el GASB se extendía por 8 mil 850 kilómetros y contenía hasta 20 millones de toneladas de biomasa de sargazo”.
El recale atípico de 2011 pudo deberse a las descargas de nutrientes del Amazonas (el segundo río más largo del mundo que, en sus 6 mil 400 kilómetros, recibe gran cantidad de fertilizantes de las diversas actividades agrícolas, así como aguas negras de actividad humana); sin embargo, cambios en la variación de sargazo desde entonces parecieran ser impulsados por surgencia en la costa africana durante el invierno, y por descargas del Amazonas durante la primavera y verano.
“Esto indica un posible cambio en su comportamiento y abre la posibilidad que los recurrentes recales en el Atlántico y Caribe pueden volverse en algo normal”, se indica.
La surgencia, cabe aclarar, es el fenómeno mediante el que aguas a 100 o 200 metros de profundidad son llevados a la superficie, lo que generalmente aporta nutrientes adicionales. Generalmente se da en costas orientales de los continentes, incluido el de África.
«Antes de 2011, ya había pequeñas cantidades de sargazos en el Atlántico tropical, pero no desarrollaron proliferaciones masivas hasta ese año», expuso el profesor de Oceanografía Óptica de la Universidad del Sur de Florida (EE UU) y coautor del estudio, Chuanmin Hu, consignó la publicación argentina Perfil, en su página web.
“Los autores del estudio creen que la clave del crecimiento de esta alga está en los sedimentos del Atlántico. Después de, analizar la media anual de deforestación desde 2000, el aumento del consumo de fertilizantes en Brasil y muestras del nitrógeno y el fósforo en el margen oeste del Atlántico central estiman que la desembocadura de grandes ríos cargados de nutrientes -desechos de actividad humana-, la desertificación y el calentamiento global, propician su proliferación”, se añade.