Por Pedro Canché
Hoy Laura se entregó todita. Fue su turno.
Primero fue la senadora Marybel Villegas quien como quinceañera anunció que se había tomado la foto con el gobernador hace un par de semanas.
Luego de su larga campaña de ataques contra Carlos Joaquín fue mansita a la Casa de Gobierno ubicado en la Insurgentes de Chetumal.
Ni siquiera valió un boletín de Haydé Serrano esa reunión donde se entregaba al “enemigo”.
Hoy Laura le dio las llaves del reino a Carlos Joaquín sin estar el presente.
Le entregó todo a Alberto Capella. Alfonso Durazo, el Secretario de Seguridad nacional supo y conoció bien a “esa histérica mujer” y la obligó a atenerse al mando único.
Vía decreto el gobernador había tomado las fuerzas de Seguridad Pública en vista de la cerrazón de la Beristain.
Hasta Gerardo Noroña quedó mal en esos momentos luego que consiguió una reunión de mediación con el gobernador y Laura. Laura canceló y el diputado ya no regresó ni por el cambio al no ver seriedad en la alcaldesa.
Total que todo ese discurso de vulneración de la autonomía municipal quedó atrás.
Andrés Manuel López Obrador es un presidente que no desea confrontarse con los gobernadores. No quiere otro Conago.
De ahí a la instrucción a estas mujeres, Marybel y Laura, de alinearse y trabajar. De dejarse de caprichitos.
A ver si entienden.