Casiana Poot Pech, habitante de la comisaría de Poxilá, municipio de Umán, enfrenta amarga experiencia por un cobro desproporcionado de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
La mujer, de la tercera edad, recibió en días recientes la facturación de su consumo de energía eléctrica –del anterior bimestre– por ocho mil 031 pesos, cuando sus pagos promedio fluctúan entre los 200 y 300 pesos.
Al desproporcionado incremento, la CFE ha respondido como siempre: “paga o le cortamos el servicio”.
Viuda y pensionada, la octogenaria se declaró asustada y sin posibilidades de cubrir esa cantidad.
En su modesta vivienda, asegura, sólo cuenta con dos televisores, un refrigerador y tres focos.
En la sucursal Umán, un funcionario de la CFE le respondió que no hay nada qué hacer, y le recomendó reuniera el monto, ya que de lo contrario se quedaría sin el servicio.
Casiana comenta que hace un mes aproximadamente un transformador en las inmediaciones de su casa hizo corto circuito y, al parecer, afectó al medidor del domicilio.
El personal de CFE, según narra, colocó de nuevo el mismo aparato presuntamente dañado, y que a partir de ahí observó que el contador del equipo avanzaba con velocidad.
En otra visita a las oficinas de esa empresa “de clase mundial” le pidieron que comprara otra base para que le cambiaran el medidor, lo cual no pudo hacer por falta de dinero.
Ahora, con desesperación dice que ya no sabe qué hacer y espera la ayuda de las autoridades de Umán, quienes a su vez ofrecieron ayudarle en su gestión ante la CFE. ( Fuente: Noticias Digital Yucatán)