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Al Fiscal General de la República
Alejandro Gertz Manero
Al Fiscal Especial de Atención de Delitos Contra la Libertad de Prensa
Ricardo Sánchez del Pozo
El martes 14 de mayo de 2019, junto con un grupo de reporteros, acudimos a la Ciudad de Iguala a dar cobertura periodística al inicio de la Brigada de Búsqueda que realizaron los padres de los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa “Raúl Isidro Burgos”, de donde regresamos a Chilpancingo, alrededor de las 11:00 de la noche.
Al llegar a Chilpancingo, Bernardo Torres Morales y Juan Blanco de Agencia Periodística de Investigación y el portal de noticias Pulso Informativo, decidimos pasar a cenar al domicilio del compañero Jesús Saavedra, antes recogimos en el centro de la ciudad al compañero Juan Blanco.
Los dos estuvimos en la casa del compañero Jesús Saavedra por espacio de dos horas, y alrededor de la 01:00 de la madrugada y junto con Juan Blanco nos retiramos en taxi, dado que nuestros domicilios se encuentran cerca, en el centro de la ciudad.
El taxi nos llevo al domicilio de Bernardo Torres, ubicado en la Calle 05 de Mayo, esquina con Doctor Liceaga, de la Colonia Centro; pagamos y descendimos de la unidad a unos metros de la puerta del edificio. Inmediatamente que se retiró el taxi, fuimos interceptados por dos personas, pude percatarme que por lo menos uno de ellos portaba una pistola, con la que fuimos amagados. Las personas estaban precisamente en ese punto.
Los asaltantes exigieron que le entregáramos nuestros teléfonos celulares, que nos obligó a desbloquear, posteriormente nos pidió con insistencia los nombres completos y de dónde éramos originarios, a lo que no respondimos.
Por espacio de 10 minutos nos interrogaron, y al final nos pidieron las carteras y objetos que llevábamos en las bolsas de los pantalones, de manera extraña, no revisaron mi mochila, donde llevaba otros objetos de valor, y centraron su atención a los teléfonos y nuestras identificaciones personales.
Antes de retirarse nos amenazaron. De manera textual dijeron: “no vayan a abrir la boca, por que los tenemos ubicados y vamos a regresar”.
Nos dimos cuenta que se retiraron en una motocicleta tipo chopper que tenían estacionada fuera del domicilio señalado, y se fueron sobre la calle Doctor Liceaga en dirección al Barrio de San Mateo.
Entramos al domicilio de Bernardo Torres, y cinco minutos después observamos por la ventana que la misma motocicleta regresó por la misma calle 05 de mayo; dado que en esta vialidad la iluminación es escasa, no pudimos observar claramente los rostros de los dos agresores.
En días posteriores, hubo intentos de ingresar a nuestras redes sociales y cuentas del teléfono, a pesar de que ya el número había sido dado de baja, y en dichos intentos aparecía una dirección ubicada en el municipio de Temixco, Morelos y otra en Toluca, Estado de México. De estos intentos recibimos notificaciones a nuestros correos electrónicos.
Debo destacar que días previos a la agresión, Bernardo Torres, recibí una serie de reclamos desde la cuenta de twitter del gobernador, Héctor Astudillo Flores, respecto a información publicada, lo que derivó en una serie de ataques en esta misma red social por parte de funcionarios de su gobierno, simpatizantes y personas allegadas a él y su esposa Mercedes Calvo de Astudillo.
En el caso de Juan Blanco, que días antes a esta agresión dió cobertura a una serie de hechos de denuncia sobre el olvido y vacío de poder de parte de las autoridades estatal y federales en la comunidades del estado, como Mezcala, en donde también fue objeto de agresión por parte de personas armadas que se encontraban bloqueando la carretera federal México-Acapulco a la altura de ese poblado municipio de Eduardo Neri.
Bernardo Torres Morales
Juan Blanco Alejo
