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Ciudad de México.- Carlos Alberto Morales Huerta, “El Killer” o “El Gordo“, era jefe de una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Era conocido por ser calculador y un tanto sanguinario. De sicario pronto escaló los peldaños del poder y se convirtió en una de las células del “Cártel del sexenio”, como varios estudiosos del narcotráfico y la violencia en México llaman al CJNG.
Sentenciado por los delitos de delincuencia organizada, delitos contra la salud; así como portación de armas de fuego y posesión de cartuchos de uso exclusivo de las fuerzas armadas, Morales Huerta fue detenido con 12 integrantes del CJNG en posesión de siete rifles AK-47 y AR-15; cuatro pistolas; dos granadas de fragmentación; 650 cartuchos, 26 cargadores, 76 mil 425 pesos en efectivo, tres vehículos y 15 teléfonos móviles.
Fue el Ejército mexicano el que lo detuvo en un operativo en junio de 2012 y según informes federales intentaba consolidarse como líder en San Miguel El Alto, Jalisco, con apoyo de la organización criminal que dirige Nemesio Oseguera, “El Mencho”.
Ante las pruebas que el Ministerio Público de la Procuraduría General de la República aportó, un tribunal de Jalisco condenó a Carlos Alberto Morales Huerta, “El Killer” a 16 años de prisión y a una sanción económica de 350 días multa por delincuencia organizada, delitos contra la salud y portación de armas de fuego.
