Arturo Mendoza Mociño /
Pedro Canché Noticias
Cancún, Quintana Roo.- Todo adolescente es ebullición. De hormonas, de emociones, de ajustes neuronales. María Elena Medina Mora, directora del Instituto Nacional de Siquiatría Ramón de la Fuente, explica por qué es tan importante explicarle a este sector de la población los daños cerebrales que provocan las drogas.
“Tanto el sistema límbico como la corteza prefrontal, aquella que influye en la toma de decisiones, aún no se han formado a los 10 años de edad sino que esa parte cognitiva del cerebro se desarrolla hasta cuando se tiene entre 20 y 24 años”, afirma Medina Mora, quien dio a conocer este sábado 22 de agosto que, tras aplicarse en Tijuana y Ciudad de México, el Programa Piloto Modelo de Prevención Ámbar llega a Cancún para atender adolescentes de 10 a 16 años.
Ámbar fue desarrollado por científicos y pedagogos del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente y la Fundación ÁMBAR que, a la manera de un documental episódico, se vincula con los planes de estudio existentes y con las materias de Ciencias Naturales, Formación Cívica y Ética, Español e Historia, para explicar qué ocurre en el cerebro cuando se enfrenta a sustancias que alteran la conciencia.
Además de proyectar en el domo del Planetario Kayok algunos de los módulos de Ámbar, se dio a conocer que este programa beneficiará, de entrada, a 24 escuelas de la ciudad —11 primarias, 12 secundarias y un Conalep—, las cuales aún están por definirse por parte de la Secretaría de Educación de Quintana Roo.
En suma, Ámbar, con la conducción de jóvenes científicas que crean empatía entre la audiencia, dota de habilidades para confrontar los riesgos que los jóvenes mexicanos enfrentan día tras día. Se trata, reitera Medina Mora, de evitar que los niños sean adictos al llegar a la adolescencia y mantengan un cerebro sano.
A menos de un mes de que fuera anunciado, el pasado viernes 24 de agosto en el Planetario Kayok con la presencia de Juan Ramón de la Fuente, una respuesta científica frente a la hidra del consumo de drogas en México se concreta con Ámbar.
El cerebro es nuestro puente con el mundo
Ámbar ha sido todo un éxito en Tijuana. Allí 37 mil 799 niños y adolescentes fueron beneficiados con la proyección documental. Desde entonces 4 mil 887 padres y maestros de esta ciudad fronteriza respiran más aliviados en 244 escuelas.
Cuenta María Elena Medina Mora que Tijuana era el objetivo principal de Ámbar porque esta urbe, que es la esquina de Latinoamérica, tiene los mayores niveles de adicción entre niños, jóvenes y adultos del país. Aquí se consumen más drogas que en Ciudad de México donde reina la mariguana mientas en la ciudad cantada por Manú Chao se consume más cocaína, crack y heroína, es decir, drogas más duras.
Ahora se eligió Cancún porque en la capital económica de Quintana Roo se han roto los niveles de consumo, que superan la media nacional, y eso se debe al crecimiento dinámico de la ciudad. Cierto, crece la economía, los empleos y la población, pero aumentan también los adictos a sustancias ilegales en días en que, no por casualidad, arrecia la violencia del narcotráfico.
Gracias al estudio “Drugs use in Mexican students: trends and Magnitude of the problema” (“El consumo de drogas en estudiantes de México: tendencias y magnitud del problema”), el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz y la Secretaría de Educación Pública dieron a conocer hace unos años una encuesta probabilística de la población escolar de 5° y 6° de primaria, secundaria y bachillerato con representatividad nacional y de cada Estado del país.
La muestra fue de 52 mil 171 alumnos en primaria y 114 mil 364 en secundaria-bachillerato. ¿Qué se supo?:
• El consumo de tabaco alguna vez fue de 30.4% y la edad promedio de inicio de esta sustancia fue 13.4 años.
• El 53.2% ha bebido alcohol y 14.5% ha bebido en exceso.
• La prevalencia de consumo de drogas alguna vez fue de 17.2%.
• Las drogas de preferencia son la mariguana (10.6%), seguida de inhalables (5.8%) y cocaína (3.3%).
Por otro lado, los resultados de la última Encuesta Nacional de Consumo de Drogas en Estudiantes (ENCODE) muestran que, a nivel nacional:
• El 17.2% de los jóvenes de secundaria y bachillerato han consumido drogas alguna vez en la vida (en los hombres 18.6% y en las mujeres 15.9%)
• Mientras el 12.5% del alumnado ha consumido mariguana en secundaria la cifra se duplica, con el 25.1%, en el bachillerato.
• Las prevalencias estatales de consumo de mariguana más altas se encuentran en
1. Ciudad de México (25%)
2. Quintana Roo (22%)
3. Estado de México (21.1%)
4. Jalisco (20.1%)
5. Chihuahua (19.8%)
Los Estados con prevalencias mayores a la nacional en el consumo de mariguana «alguna vez» son Distrito Federal (18.2%), Quintana Roo (14.6%) y Estado de México (13.8%). Para el consumo de cocaína son Distrito Federal (5.2%) y Quintana Roo (4.7%). La edad de inicio en el consumo de drogas fue de 13 años, edad similar entre hombres y mujeres (13 años cada uno respectivamente).
Con estas herramientas metodológicas, explica María Elena Medina Mora, se ha confirmado que los jóvenes mexicanos están en el umbral más vulnerable, entre los 10 y 16 años, porque no han desarrollado por completo su cerebro. Es por eso que, a través de Ámbar, se les brinda el conocimiento para evitar situaciones de riesgo como las adicciones porque éstas, no hay duda, afectan el desarrollo cognitivo, repercutiendo en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Otra manera de hacer Patria
Saúl tiene 17 años y estudia en el Cebetis 111, atrás de esa zona caliente llamada Crucero.
A su corta edad ya conoce San Luis Potosí, Teotihuacan, Ciudad de México y Guadalajara. Aunque nacido en León Guanajuato, llegó a vivir con su familia a los 15 años a este rincón de Quintana Roo para sorprenderse de que aquí sus compañeros y amigos se drogan con mariguana y cocaína en fiestas y, por gusto, hasta en su misma casa. De cada diez jóvenes inmersos en adicciones que conoce siete de ellos son hombres y tres mujeres.
“Quisiera que cambiaran las cosas”, dice preocupado y sorprendido por enterarse que, hasta los 25 años, termina la formación cerebral de las personas como se proyectó en “Ámbar”. “Sé que es difícil pero la educación dentro de las escuelas y dentro de la misma familia debería evitar esas recaídas para ni siquiera llegar a este punto, que los niños ya sepan que ya están mal, aunque entre los 10 años para arriba ya consumen porque las drogas son muy fáciles de conseguir en Cancún”.
Es por ello que el proyecto Ámbar será implementado en el Planetario Kayok de esta ciudad en el cuarto trimestres del año y de aquí el oleaje de “orientación” llegará a Playa del Carmen, Cozumel y Chetumal porque se usará la red de planetarios para que los jóvenes de la entidad sepan cómo sortear la gran oferta de adicciones que hay estos días.
Tras ponerse a prueba durante el nacimiento y los primeros tres años de vida, el neurodesarrollo de toda persona se enfrenta a otra mutación durante la adolescencia, explica María Elena Medina Mora. Es por ello que el cerebro se prepara siempre para enfocarse a un nuevo estilo de vida y, cualquier impacto negativo, es muy dañino para la conformación de nuevas estructuras cognitivas y neuronales.
“Durante la adolescencia empieza a surgir la corteza frontal, aquella que nos dará el pensamiento ejecutivo, la toma de decisiones y la habilidad para poder evaluar el entorno físico y afectivo. En este período de transición todas las personas se esfuerzan por lograr su propia identidad, y por eso es tan común el rebelarse contra los padres, porque están tratando de saber quiénes son y quiénes van a ser. Es un proceso normal, donde los adolescentes se alejan de la familia por esos desencuentros y los amigos comienzan a ser más importantes porque están viviendo un proceso similar”.
Para que esa trayectoria hacia la vida adulta sea una trayectoria sana, la escuela se convierte en un factor muy importarte para identificar qué aqueja a los jóvenes y, reitera la especialista, es necesario darles a todos esas herramientas que los ayudarán a enfrentar los retos y el desarrollo de su vida.
Quizás esa sea otra de las virtudes de Ámbar. Que enseña a los papás cómo manejar los problemas de conducta de los hijos: “Los padres no saben cómo manejar los cambios de ánimo de sus hijos ya que varios de ellos no se les pegó en la infancia para no generarles traumas, pero los adolescentes tienen que saber cuándo necesitan límites”.
Parte del entrenamiento que brinda Ámbar es saber cómo comunicarse con los hijos y cómo darles los estímulos para que tomen ciertas conductas. En esas sesiones, los especialistas de Ámbar han encontrado que los padres están muy estresados porque no saben cómo manejar a sus hijos.
Ese trabajo simultáneo con padres e hijos hace que los adolescentes terminen diciendo “¿qué le hicieron a mis papás que están tan fantásticos?” y los papás admitirán que sus hijos también están cambiando para bien. Luego toca el turno a los maestros al enseñárseles hasta dónde pueden intervenir en cada caso. El ciclo Ámbar cierra cuando cada una de las partes sabe cuáles son las habilidades del autocuidado.
Si Tijuana fue la ciudad piloto de este programa, luego se aplicó en la camaleónica Ciudad de México, ahora toca el turno a la casi cincuentenaria Cancún y Víctor Alcérreca Sánchez, director del Consejo Quintanarroense de Ciencia y Tecnología, ese hombre terco y empeñado en llevar ciencia a la gente, como lo calificó Carlos Gorocica Moreno, subdirector de Educación de la Zona Norte, confía que este programa ayudará a reconstruir el tejido social en la entidad a través de la red de planetarios para atenuar el desorden, la violencia y la delincuencia con la ayuda solidaria de Laura Barrera Fortoul, directora general del DIF, y Ana Priscila Sosa Ferreira, rectora de la Universidad del Caribe.
Hay tantas maneras de hacer patria como grandes mujeres y hombres ha tenido este país. Algunos, los más, barren las calles y las banquetas de sus casas para dejarlas libres de basura. Son honestos. Trabajan de sol a sol. Tantos de ellos participan entusiastas en procesos electorales. Otros, los pocos, quizás los más testarudos, crean y promueven espacios y acciones culturales. María Elena Medina Mora, la psiquiatra de los calmos ojos verdes, hace patria desentrañando los misterios del cerebro y la conducta en ese torbellino de emociones e infinitas posibilidades de aprendizaje que hay en todo adolescente.