*Niveles actuales se mantienen en 3.3%, por debajo de la media nacional
AGENCIA SIM
Cancún.- El constante flujo migratorio en la entidad es una limitante al momento de llevar a cabo programas, como los del Instituto Estatal para la Educación de los Adultos (IEEA), que pese a ello, intenta reducir los índices de analfabetismo en Quintana Roo.
María Candelaria Raygoza Alcocer, directora del Instituto Estatal para la Educación de los Adultos señala que, a principios de año, la cifra de analfabetismo a nivel nacional era de 4.5 por ciento y se ha reducido a 4.2; mientras que en el estado nos encontramos en 3.3 por ciento.
Entrevistada en el marco de la primera Jornada Nacional 2018 de acreditación del Módulo de la Palabra y certificación de primaria, dijo que “Quintana Roo está en el lugar número cinco en el país de menor rezago educativo”.
Estima que hay 15 mil analfabetas en el estado; sin tomar en cuenta el rezago educativo, al no tener certificados de primaria y secundaria. Y que muchos vienen de fuera, como gran parte de la población de la entidad. Además recalca que el rezago se presenta en mayor medida en los municipios de la zona maya (José María Morelos, Felipe Carrillo Puerto y Lázaro Cárdenas).
Habla de las dificultades en su labor, de que muchas veces tienen que convencer a los adultos porque no están interesados en estudiar.
“El gran trabajo es convencerlos; aparte hay otras dificultades como que ya no leen bien y no tienen para comprarse unos lentes; entre otros problemas más”, indicó.
CONTINUIDAD O EMPEZAR DESDE CERO
Sobre si tienen alguna idea de lo que pretende el nuevo gobierno respecto a la educación especial, Raygoza Alcocer dice que “hasta el momento, no nos han comentado nada por ahora. Si bien somos un ente estatal, trabajamos de manera coordinada con el INEA, la instancia federal”.
A la pregunta de si esperan continuidad o cambios con el próximo gobierno federal, la funcionaria señala que “la innovación siempre es buena en la educación. Abre nuevos caminos. Habría que analizar en qué sentido podrían darse estos cambios”.
Si llegado el momento se tiene que empezar de cero, esto implicaría probar programas piloto, como algunos que ya se aplican en otras entidades.