Cancún, QR. El presidente electo Andrés Manuel López Obrador ha planteado un proyecto que consiste en un tren turístico transpeninsular que incluye una vía ferroviaria con un tren que transitaría a una velocidad no mayor a 150 kilómetros por hora que comunique eficientemente a las diversas ciudades más representativas mayas en el sur de la península de Yucatán.
Este plan contempla 830 kilómetros de vía férrea para recorrer de Cancún hasta Palenque, con destinos intermedios en Tulum, Bacalar y Calakmul.
Esta iniciativa tendría participación del gobierno federal, empresas privadas, pequeños propietarios y ejidatarios para llevarse a cabo.
El primer paso es de una inversión de 35,000 millones de pesos para los tres primeros años con recursos de la iniciativa privada mientras que el costo total asciende a 64,900 millones, según se lee en el Proyecto de Nación 2018-2024 del presidente electo López Obrador.
El plan tiene 4 fases, y la primera se trata de la construcción de Cancún-Tulum: 129.1 km con costos de infraestructura por 28,100 millones de pesos y de material rodante por 4,400 millones; es una vía doble, elevada en 80% del recorrido con seis estaciones.
La segunda es una vía única, a nivel, con dos estaciones entre Tulum y Bacalar, con un recorrido total de 209.8 km. Los costos de esta etapa son de 11,400 millones de pesos en infraestructura y de 1,400 millones en material rodante.
La tercera consta de una vía única con dos destinos entre Bacalar y Escárcega con una distancia de 268.6 km. Los costos serían de 12,100 millones en infraestructura y de 1,500 millones en material rodante.
La última con una longitud de 226.4 kilómetros desde Escárcega a Palenque con dos estaciones intermedias; los costos rondarían en 5,300 millones para infraestructura y 700 millones para material rodante.
Derechos de vía
El plan explica que a partir de la obtención de los derechos de vía que tendrá el sistema ferroviario y sus estaciones se deberá hacer una estrategia de adquisición o integración de reservas territoriales, para que en ellas se puedan absorber las necesidades de terrenos para equipamiento y el desarrollo de servicios y productos que, de acuerdo con las distintas vocaciones del suelo, se lleven a cabo proyectos y obras de servicios, inversión privada u oferta para vivienda de todo tipo en las zonas de influencia o que reciban el impacto favorable de la vía férrea.
“Es por eso que se pretende lograr aprovechar la inercia positiva de la inversión en esta infraestructura, para ordenar el desarrollo y evitar impactos negativos que pudiesen resultar por falta de planeación y previsión de los fenómenos negativos en el ámbito del desarrollo urbano”, explica el Proyecto de Nación 2018-2024.
Posicionamientos
Ambientalistas y cámaras empresariales han manifestado diferentes posturas respecto del proyecto, desde la necesaria consulta a la sociedad y revisión minuciosa de sus implicaciones ambientales, hasta el apoyo por la generación de empleos que una obra de este tamaño supone para toda la región.
Horacio Maya Terán, vicepresidente de Apoyo Legal de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción en Quintana Roo, dijo que la inversión para un proyecto de esta magnitud debe ser bienvenida, pues implica no sólo la obra en sí, sino toda la infraestructura y dinámica económica que se puede desarrollar en torno al proyecto férreo.
De la misma manera Aniceto Caamal Cocom, quien encabeza la asociación ambientalista Yax Cuxtal, adelantó que desde ahora comenzará a solicitar que se les proporcione a las comunidades toda la información referente al tren, pues un proyecto de esta magnitud supone la expropiación de tierras y la adquisición de derechos de vía que necesariamente afectarán a comunidades de toda la península.
Roberto Cintrón, dirigente de los hoteleros de Cancún y Puerto Morelos, aseveró que después de que tome posesión el nuevo gobierno, se debe plantear los cómos del financiamiento y la forma en la que se permitirá participar a la iniciativa privada.
Miguel Ángel Lemus, vicepresidente del Consejo Coordinador Empresarial del Caribe, comentó que si actualmente el corredor Cancún-Tulum es atractivo para las inversiones, con una infraestructura férrea como la que se plantea se detonarán inversiones aledañas, pues se generará una nueva dinámica de turismo ya no sólo en la zona norte de Quintana Roo, sino que conectará con otras regiones ricas en cultura y atractivos naturales de los vecinos estados del sureste como Chiapas.