SALGANSE DE AHI, HERMANOS
por Gilberto Avilez Tax
Salganse de ahí, hermanos, dejen al perro solo y llévense a sus hijos.
Como el niño Dios, migrante en tiempos del otro Antipas, son los hijos de Nuestra América.
Prohibido decir que el migrante tiene la culpa, ¿Tiene la culpa de no querer morirse de hambre o de bala o de ríos desbordados en su país saqueado por el perro Antipas y sus esbirros y prostitutas oligárquicas?
Salganse de ahí, hermanos, vengan con sus corajes de siglos a tumbar a los testaferros del perro en estas tierras uberrimas, en estas sierras del indio.
¿Dónde estás hermano?
Yo estoy donde mis niños lloran a sus padres,
yo calmo su dolor y los cuido con amor, todo niño migrante es mi sangre, son mis hijas.
Duermase mi niño hermoso, mañana construiremos el futuro.