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Horriblemente se le está conociendo con el nombre de “la masacre de San Valentín” al atroz crimen que llevó a cabo Nikolás Cruz en la escuela Marjory Stoneman Douglas, en Parkland, Florida.
Se ha confirmado la muerte de 17 adolescentes. La tragedia ha conmocionado a los estadounidenses. El presidente Donald Trump, vía Twitter ofreció sus «plegarias y condolencias» a las familias afectadas por el «terrible tiroteo». También escribió: «Ningún niño, maestro o cualquier otra persona debería sentirse inseguro en una escuela estadounidense».
El chico “problema”
El joven de origen hispano Nikolás Cruz, un muchacho de 19 años había sido alumno de esa escuela pero fue expulsado por cuestiones disciplinarias. El diario Miami Herald reveló que el joven era considerado como “una amenaza y no se le debía permitir el ingreso al colegio con una mochila”. Así lo aseguran docentes y el personal administrativo de la escuela.
Uno de sus profesores de Matemáticas dijo que el alumno Cruz “había tenido problemas con él el año pasado, pues el joven había amenazado a estudiantes”. Mientras la cadena de noticias CBS informa que un estudiante del mismo colegio declaró que Cruz siempre fue un “chico problemático” y que siempre “cargaba armas con él”, las cuales además no tenía reparos en enseñarlas a los otros alumnos.
Nikolás Cruz disparó a varios alumnos con lo que se presume es una arma semiautomática. Medios locales apuntan a que se trata de un rifle AR-15. Mientras Cruz disparaba, decenas de estudiantes huían en medio del pánico.
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Las víctimas y el héroe
La Policía de Broward confirmó la muerte de 17 personas aunque no revelará la lista hasta que todas las familias estén notificadas. La prensa ya se ha informado de algunos nombres.
Entre las víctimas se encuentran dos latinos. Joaquín Oliver, nacido en Venezuela, quien llegó a Estados Unidos hace 14 años y logró nacionalizarse en enero de 2017; y Martín Duque, mexicano de 14 años, quien también era residente de Estados Unidos.
Aaron Feis era el entrenador asistente de fútbol del colegio. Feis protegió a sus estudiantes y se puso como escudo humano ante los disparos de Cruz.
Otros nombres que se conocieron fueron el de Jamie Guttenberg, alumna; Gina Montalto, de 14 años, y Alyssa Al Hadeff, de 15 años, alumnas de primer año de bachillerato; Nicholas Dworet, alumno de último año quien había recibido una beca en la Universidad de Indianápolis para cursar estudios profesionales; y Luke Hoyer.
Un problema que se repite
Estados Unidos tiene una tragedia como esta por lo menos un par de veces al año. Hace cinco años ese país fue sacudido por la masacre de la escuela primaria de Sandy Hook de Newtown, en Connecticut, donde murieron 26 personas.
Con esta tragedia se reaviva el debate por el débil control que el gobierno tiene sobre la portación de armas de sus ciudadanos.
Tan sólo en 2017 se reportaron 18 tiroteos en centros educativos, registrando más de 5 mil víctimas mortales por este tipo de ataques, en los cuales casi 3 mil niños fueron heridos y muertos en ese período.
Desde 2013 la cifra asciende a 291 sucesos de este tipo en centros de enseñanza.
