Por Pedro Canché
El gobierno del Estado de Quintana Roo no quiere cometer los errores de los gobernantes del PRI quienes usaron a los sindicatos de taxistas para sus propósitos electoreros y para premiar a su pandilla con concesiones.
En Marzo de 2018 la Ley de Movilidad liberará la entrada a la plataforma UBER y habrá también concesiones por primera vez para individuos sin sindicatos.
Es una oportunidad muy grande para que los 20 mil martillos se integren a la plataforma UBER sin la fianza que acostumbraban pagar y con vehículo propio como patrones y socios. Conocedores de la Ciudad UBER peleará por los mejores y los taxistas se espera hagan lo propio para el beneficio de nosotros los usuarios.
En vez de esperar 20 años mendigando una placa (concesión) ahora tendrán la oportunidad de ser socios con la plataforma que deseen o en su defecto trabajar por su cuenta sin UBER y sin un sindicato.
No hay cultura empresarial en el gran promedio del mexicano. Pero de los 20 mil martillos se verán quienes son los mejores, que adquirirán sus unidades nuevas y celulares con aplicaciones.
Cuesta en Cancún 350 mil pesos una concesión de taxi y en Playa del Carmen 800 mil pesos. 20 años para el martillo tener su concesión luego de mil tareas hasta de porros para que el sindicato los recomiende. Roberto Borge dio 100 placas a martillo y 750 para su gremio incluyendo decenas a periodistas afines. El martillo es el más castigado. Tiene la oportunidad de liberarse.
Difícil para el promedio de los Quintanarroenses tener a su alcance uno. Difícil para el martillo accesar a la concesión y al vehículo.Por eso el dueño de un taxista usa los carros más económicos como el mortal Tsuru o el Spark.
En 2018 antes de las elecciones el ciudadano tendrá el mercado abierto libre de los monopolios taxistas.
El gobierno que llegó a Quintana Roo con las siglas PAN-PRD no le tiene miedo a los votos que dejarán de recibir de los taxistas. Al menos el gobernador Carlos Joaquín está dejando a su gente participar en los partidos que quiera, como Chucho Pool que llegó a MORENA.
No le vemos una obsesión por acaparar o por tener a su gente en un solo partido y coalición. Eso le da una frescura al poder al permitir que diversos sectores lleguen al gobierno.
Entonces no hay miedo a las amenazas de 8 mil socios que sumados sus familias dejarían en Cancún de recibir 25 mil votos al PAN-PRD además de los martillos leales que seguirán prefiriendo la explotación a aprovechar la apertura a la Ley de Movilidad.
El PAN-PRD está consciente de ese castigo de los sindicatos pero no les importa porque esperan que los ciudadanos sean los mayores beneficiados de la Ley de Movilidad en Quintana Roo y eso es más grande que esos votos de castigo que resucitarían al PRI en Quintana Roo.
UBER acepta vehículos de 9 años de antigüedad y no pone restricción a la unidad que fuere. Entonces el martillo Taxista tiene la oportunidad de ser su propio jefe. De lo contrario será un balón de fútbol al ir de Taxista martillo y UBER martillo y viceversa.
Los dueños de las 8 mil placas en Quintana Roo muchos de estos han adquirido unidades UBER y las han puesto a trabajar. Otros solo han explotado la concesión sin invertir en mejorar sus unidades. O se innovan o se quedan ruleteando como estampas pueblerinas. Porque al entrar la Ley de Movilidad habrá competencia, será una patada en el trasero al monopolio de los transportes. Y sus placas o concesiones en las nubes perderán su valor.
Esa competencia también tiene sus puntos débiles que el Congreso y en manos específicamente del diputado Chino Zelaya tiene que dejarlo ajustado bien. Los precios. Ahora hay tarifas. Luego en libre mercado no las habrá.
Recuerde que esta Columna es solo un semáforo. Ojo esté pendiente de los cambios. Manos firmes al volante.