OCHO POR RADIO
Carlos Calzado C.
*Y mientras ello ocurre, el nivel cuantitativo y especialmente cualitativo de la violencia en Cancún alcanza magnitudes históricas.
Las recientes declaraciones del oficial mayor del municipio de Benito Juárez, Héctor Contreras Mercader son tan absurdas y sin sustento, que más le hubiera valido guardar silencio.
Es decir, aceptar que las poco más de 90 patrullas nuevas que se integraron a los trabajos de la Secretaría Municipal de Seguridad Pública y Tránsito para sumarse a NO RESOLVER ni disminuir el incremento exponencial de la comisión de delitos en Benito Juárez, son rentadas y que para ello “se realizó una licitación pública y transparente”, como si no fuese del conocimiento general que la arrendadora Urfisa pertenece a un familiar de Remberto Estrada Barba; sólo puede explicarse de dos formas posibles: O el funcionario es un improvisado que no preparó adecuadamente una respuesta, o el gobierno municipal de Remberto Estrada Barba cree que los ciudadanos somos estúpidos o retrasados mentales y que en verdad vamos a comprarle toda la materia fecal que excreta en cada comunicado oficial.
“Por partes” dijo Jack. Que el municipio haya proyectado pagar unos 25 millones de pesos más que si las hubiera comprado por rentarlas, no hace del resultado de la licitación un acto transparente y mucho menos, uno alejado de la corrupción porque si aún ello fuese poco, resulta que al concluir la administración, Benito Juárez se va a quedar sin patrullas, pues éstas, en las que se invertirán en total más de 80 millones de pesos, sólo por rentarlas, al final de la administración de Remberto tendrán que ser devueltas al dueño, el Grupo Empresarial Urfisa.
De ninguna manera es una cuestión menor que los diputados hayan considerado la necesidad de pedirle comparecencia a este servidor público a propósito del tema de las patrullas; salir ante los medios de comunicación a pretender minimizar el tema es creer que alguna suerte de “entidad divina” habrá de interceder por ellos; pero además es cínico, es tan descarado como la pretensión misma de que en Benito Juárez la situación es de gobernabilidad cuando el asesinato es un tema de todos los días y en incremento permanente.
Destacan tres hechos: el feminicidio, el número de ejecutados por día que han llegado a ser hasta una decena, y las cada vez más intervenciones de la propia ciudadanía para hacerse justicia.
Las ejecuciones en Cancún se han vuelto el lugar común; los ciudadanos han tenido que sortear con el hecho de estar en medio de una balacera, o tropezar con algún cadáver, pero ahora, estas ejecuciones consideran también a mujeres; durante la jornada del pasado 3 de octubre entre las muchas ejecuciones, trascendieron dos mujeres, una de las cuales dejó en la orfandad a tres niños.
Cancún, la otrora pacífica ciudad, hoy es una patética copia de los escenarios más violentos del país donde el feminicidio va en aumento de manera alarmante, junto con los casos de violencia de género; las mujeres, el sector de la población en mayor vulnerabilidad son ahora también víctimas de sicarios y de escenas públicas degradantes; pero sin prevención del delito, estos HIJOS DE NADIE pueden andar con toda tranquilidad por la ciudad desquitando las limosnas que les pagan por cada ejecutado, –patético is´n it?- .
¿Cuántos ejecutados al día suma su administración “Mr. Nopasanada”?; ¿diez, quince, más? Pero el discurso oficial seguirá siendo el mismo: “Benito Juárez de 10”, pero sobre todo, ¿qué sentido tiene la compra, o renta, o cochupo en la adquisición de más patrullas, chalecos antibalas y demás implementos si no se abate la ingobernabilidad?
¿Qué sentido tiene que los ciudadanos paguemos los impuestos si de todas formas seremos abandonados a nuestra suerte? ¿Así o más cínico señor Contreras Mercader?
Buonanotte.