POR BASILIO ARÉVALO.- Más allá de la definición aceptada y difundida de los antropólogos y arqueólogos sobre los integrantes de la civilización maya, que en veces se reduce a protagonistas de costumbres y rituales sangrientos o afectos a la guerra entre ciudades, debe reconocerse que eran más intelectuales y portadores de un amplio, un efectivo conocimiento y uso de la medicina tradicional para atender casos como la llamada plaga de los ojos de sangre, la conjuntivitis.
La medicina maya nos presenta una mezcla de ciencia y religión practicada por sacerdotes que heredaban la posición de su linaje, pero también recibían una extensa educación. Los mayas se involucraron con la evaluación científica de las enfermedades que los aquejaban, por lo cual no es de extrañar que cerca de mil 500 plantas diferentes están registradas en sus recetarios.
Esta civilización, tan robusta y estructurada describió la existencia de conjuntivitis granulomatosa. Los mayas definían a la salud como un “balance”, en concomitancia, a la enfermedad la percibían como un “desbalance”. Bibliografía sobre el tema señala que el balance estaba influenciado por las estaciones, pero variaba de acuerdo con la edad, el sexo, la personalidad y la exposición a extremos de temperatura.
Sin embargo, para los mayas el génesis de casi la totalidad de enfermedades tenía raíces religiosas o morales. “Si bien los dioses pueden castigar o purificar mediante ellas, también los humanos son capaces de causarlas a partir de males intencionados”.
OJO: NO ES LO MISMO BACTERIANA QUE ALÉRGICA
La conjuntivitis es una condición irritante e incómoda como enrojecimiento, picazón, inflamación, lagrimeo y la sensación de un cuerpo extraño o ardor en los ojos. La condición puede ser causada por bacterias, virus o alergias.
Cuando la causa una infección bacteriana suele afectar ambos ojos y va acompañada de pus en los ojos. En el caso de una infección viral afecta primero un ojo y después el otro, a los pocos días. La descarga de ojos es clara y extensa. En ambos casos, la infección es altamente contagiosa.
La conjuntivitis alérgica puede causar síntomas similares, los cuales afectan ambos ojos y causan una descarga de agua, pero no es contagiosa. La pueden provocar alérgenos como el polen, el humo, los ácaros del polvo, la contaminación del aire, el maquillaje o gotas para los ojos
Los mayas basaron la efectividad de su medicina contra la conjuntivitis en infusiones de caléndula y de miel. Aquí, algunas opciones.
MIEL.-En un vaso de agua se añade unas cucharaditas de miel, se remueve y diluyen bien y con ese agua se lavan los ojos usando una compresa limpia.
LECHE MATERNA.- Aunque es inusual es un remedio muy eficaz en la eliminación del ojo enrojecido, especialmente en niños. Muchos médicos están de acuerdo en que la leche materna tiene propiedades curativas que ayudan a tratar enfermedades menores, como las infecciones en los ojos y los oídos rosados, tal vez porque contiene algunos anticuerpos. Se recomienda poner unas gotas de leche materna en el ojo afectado y repetir sólo en caso de ser necesario.
LECHE Y MIEL.- Una combinación de leche caliente y miel puede aliviar y tratar la conjuntivitis, ya que la leche tiene un efecto calmante para la inflamación y la miel posee propiedades antimicrobianas. Se recomienda (ligeramente) calentar una cucharada de leche entera, mezclar en una cantidad igual de miel orgánica y revolver hasta que se vuelva suave. Poner dos o tres gotas de esta mezcla en el ojo afectado con un cuentagotas; repetir el procedimiento varias veces al día. También se puede utilizar en una compresa caliente también.
CALÉNDULA.- Es una planta con propiedades antivirales y antibacterianas que ayudan a combatir la infección y curar la conjuntivitis. Al ser un anti-inflamatorio alivia molestais en los ojos y la irritación. Coloque dos cucharaditas de flores de caléndula secas en una taza de agua caliente. Deje enfriar y luego filtre la solución a través de una gasa o un papel limpio, como el que utiliza el filtro de café. Utilice la mezcla como gotas para los ojos varias veces al día. También puede empapar un paño en esta mezcla de hierbas, mientras todavía está caliente y utilícelo como una compresa tibia.
TE NEGRO.- Es un gran remedio para el ojo rosado, pues contiene taninos que ayudan a reducir la picazón y la inflamación. Se recomienda colocar enfriadas y húmedas las bolsas de té negro en los ojos durante 10 minutos y repetir esta operación tres veces más durante el día. También puede utilizar té de manzanilla o bolsas de té verde. También puede utilizar una solución débil de té negro como un lavaojos.
SAL.- Es quizá uno de los más populares tratamientos contra la conjuntivitis, pues funciona como un desinfectante natural. Hierva una taza de agua destilada mezclada con la mitad de una cucharadita de sal. Deje enfriar y luego úselo como una gota ocular, usando un gotero. Repita el proceso varias veces al día.
La sal de mar también se considera bueno para el tratamiento de la conjuntivitis: disuelva una cucharada de sal marina en una taza de agua caliente, ponga 2 ó 3 gotas de esta solución en la esquina de los ojos con un gotero o bola de algodón y haga esto dos veces al día.
EUFRASIA.- También conocida como Eufrasia officinalis es otra hierba eficaz para la conjuntivitis, ya que posee astringente y antibacteriano. Hierva una taza de agua y deje enfriar. Agregue cinco gotas de tintura Eufrasia a ella y utilícelo como un lavaojos. Alternativamente, hierva una cucharadita de hierba Eufrasia en una taza de agua por 10 minutos y deje enfriar. Si le es posible incorpore agua de rosas y repita el proceso cada cuatro horas.
VINAGRE DE MANZANA.- Tiene propiedades antimicrobianas que ayudan a combatir las infecciones que provocan conjuntivitis. En particular, el ácido málico del vinagre de sidra de manzana, sin pasteurizar, combate las infecciones bacterianas. Se recomienda mezclar dos cucharadas de vinagre de manzana en una taza de agua purificada. Remojar un algodón o paño limpio en la solución, cerrar el ojo y golpear la bola o limpiarlo con un paño de algodón. Esto se debe realizar cada 2-3 horas durante 3 días.
ALOE VERA.- Posee propiedades astringentes y antibióticas que ayudan a combatir la conjuntivitis. Se recomienda sumergir las piezas de gel de aloe vera fresco (pelado de las hojas) en una taza de agua hervida fría, hasta que se vuelve de color verde pálido. También se puede combinar las piezas con agua en una licuadora. Seguidamente colocar las gotas de la mezcla en el ojo afectado, 3-4 veces al día. Particularmente este, no es recomendable aplicarlo en niños.
ÁCIDO BÓRICO.- Es excelente para una serie de problemas en los ojos, como enrojecimiento, sequedad, ardor, lagrimeo y gracias a su suave antibacteriano y antifúngico alivia la irritación y limpia los ojos. Se recomienda hervir una taza de agua mezclada con una cucharada de ácido bórico, el cual se consigue en polvo o cristales incoloros. Utilícelo como un colirio y aplíquelo a la vista con un paño o algodón limpio. Al término recuerde lavar los ojos con agua tibia y repetir dos o tres veces al día.
COMPRESAS FRÍAS O CALIENTES.- Para aliviar el picor y la inflamación causada por ojos rosados, lo primero es utilizar una compresa fría especialmente si la causa es conjuntivitis alérgica. Las compresas calientes también alivian el picor y calman los ojos; en ambos casos sumerja un paño limpio en agua caliente o fría y escúrralo; después, coloque la tela en el ojo afectado y déjela allí 5 a 10 minutos. Este proceso se debe repetir cuatro veces al día. Precaución: No coloque la misma tela en ambos ojos, sobretodo si sólo uno está infectado.