POR BASILIO ARÉVALO.- El vetusto senador y coordinador de la bancada del Partido del Trabajo (PT) en la Cámara Alta, Manuel Bartlett Díaz, sostiene que el priismo está acabado y mantiene su firme idea de que la cúpula nacional del tricolor la dominan unos cuantos. Antaño priista, el ex Secretario de Gobernación del país afirma que en 2018 los mexicanos sabrán cobrárselas todas las que el PRI no ha hecho y deshecho en la nación.
Sin embargo, cuando el pasado sábado 27 de agosto, Rubén Montoya Mex, recién electo dirigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Puerto Morelos, dijo en su discurso de toma de protesta al cargo que para los comicios de 2018 trabajan en unidad, reconformando la coalición de partidos que los ha llevado en Quintana Roo a ser bastión del sistema político nacional; cuando sostuvo que los triunfos electorales se dan por la lealtad y la convicción partidista, todo fue ovacionado. Las tarolas, matracas y vítores de simpatizantes y militantes no se hicieron esperar y retumbaron en la acústica del domo deportivo en la colonia Joaquín Zetina Gasca, brincando en un perímetro de tres kilómetros a la redonda en la cabecera del municipio más joven del país. Ciudadanos apartidistas que merodeaban el escenario admitieron la innegable organización que los priistas hicieron aquella tarde.
Rubén Montoya Mex, mandamás en la delegación de Central Vallarta y miembro del núcleo ejidal, confió en lo que según sus asesores políticos sería el clímax del documento. Temerario, dibujó a Enrique Peña Nieto como el presidente más estadista de la historia, exhaltó los supuestos beneficios de las reformas estructurales –la oposición les llama contra-reformas- y el silencio se hizo notoriamente presente. Sarcásticos barullos continuaron en los seis segundos de mutis en el micrófono y el ambiente.
La pequeña tensión provocada por las palabras de Rubén se apaciguó cuando pronunció: “Somos el partido con mayor historia, con mayores resultados y esto a lo largo del tiempo nos ha permitido tener raíces sólidas en la que hay un priismo de convicciones”. Tocó el turno de hablar a Raymundo King de la Rosa, dirigente estatal del tricolor y refirió: “Llegamos en alianza y se está realizando un extraordinario trabajo. En Puerto Morelos hay una labor importante que al final se refleja en el partido y para ello nos preparamos para refrendar esa confianza que se nos brindó en la pasada elección y volver a ganar los municipios”. Las palabras del también diputado de la Décimoquinta Legislatura del Congreso local despertaron el ánimo vivo de los asistentes que se desbordó en aplausos, quizá porque a diferencia de los otros oradores, Raymundo bajó del estrado y dirigió el discurso en medio de la concurrencia, conocedor del manejo de masas.
A pregunta expresa sobre si les preocupa la condición de ex gobernadores priistas sancionados, e incluso, con procesos penales en contra por malversación de dinero público y enriquecimiento ilícito contestó: “El partido es muy grande, somos miles de priistas y ahí es donde radica nuestra fuerza. Estamos nosotros haciendo una labor de reconformar la unidad y reiterar las razones del por qué hemos sido la primera fuerza política del país”.
“Ray” quiere ser senador. No lo ha negado y por esa razón está en busca del calor que dan las dirigencias municipales con miras a controlar el 100% del Consejo Político Estatal en el momento en que se decidan las candidaturas. Ya tiene la de Benito Juárez, donde fue colocada una figura afin, Susana Hurtado Vallejo; y en Cozumel, con Carlos Hernández Blanco, ex presidente municipal y ex delegado del ISSSTE, quien pese a no vivir en la isla fue favorecido con el cargo partidista.
¿PRI PARA EL VERDE O VERDE PARA EL PRI?
¿Por qué no se colocan más al frente los militantes del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en los multitudinarios eventos que el PRI realiza en los municipios, tanto en las asambleas ordinarias y extraordinarias? Lo cierto es que al menos en Benito Juárez, Susana Hurtado encontró a un instituto político más verde que el rojo del priismo. Quizá porque enfrenta la repulsa de las jefas seccionales que aún cuestionan haber sido marginadas cuando la ahora dirigente municipal ha sido diputada local y legisladora federal sin atender sus peticiones. En Puerto Morelos las cartas aún comienzan a manejarse, con la dirigencia a cargo de Manuel González, que ya de por sí tiene encima sus propios asuntos con integrantes del comercio organizado y ambulantes en esa demarcación. En este municipio, el más joven del país, los priistas están haciendo una reconformación de cuadros invitando a la afiliación a personajes que se han mantenido al margen de política, dedicados a sus negocios, mayoritariamente la pesca. La seducción de un nuevo rol social y el convencimiento de los nuevos tiempos entre clanes familiares portomorelenses ha sido factor clave. En Cozumel están las fracciones divididas, pues amén de rechazar la imposición de Carlos Hernández Blanco se dice que los Verdes están dominando en preferencias para apoyar a Pedro Joaquín Delbouis, director de la Fundación de Parques y Museos de Cozumel, ex dirigente empresarial, para que sea el candidato del PRI a la presidencia municipal. A ver qué ocurre.