(La opinión de Q.roo).- Son grupos internos del Gobierno que libran una guerra sin cuartel
El gobernador Carlos Joaquín no ha dado aún una señal hacia un lado u otro
Incluso, ya hay quienes suponen que no va a interceder de ninguna manera
La elección es el 8 de agosto
Hugo Martoccia – Mesa Chica
A pocos días de la sucesión, la batalla por la presidencia del Tribunal Superior de Justicia del Estado ha dividido al gobierno en cuatro grupos con diferencias muy marcadas. El día de la decisión se avecina (será el próximo 8 de agosto) y la incertidumbre hace crujir las estructuras de poder del Estado.
No ha habido desde el vértice de poder una señal que aquiete las aguas y divida a esos grupos entre triunfadores y frustrados. Hasta que eso suceda, todo puede pasar. Hasta puede ser, aseguran, que una decisión del gobernador nunca llegue.
¿COINCIDEN JUAN DE LA LUZ Y MIGUEL RAMON?
En las últimas horas se sumó abiertamente a la batalla para quedarse en la presidencia del Tribunal el nombre del magistrado Luis Gabino Medina. Ha logrado un cierto consenso de algunos sectores antagónicos, y saben que no sería mal visto por Carlos Joaquín. Se trata del magistrado con mayor cercanía política con el gobernador.
Ese es su mayor mérito y también su mayor escollo. En el TSJ no quieren una relación viciada con el gobernador, y desconfían de la cercanía de éste con Luis Gabino Medina.
De acuerdo a fuentes internas del propio TSJ, el magistrado es hoy impulsado por el Grupo Tepito, que comanda Juan de la Luz Enríquez, uno de los hombres más cercanos al mandatario estatal.
Pero también, Luis Gabino Medina ha logrado que el titular del Despacho del Gobernador, Miguel Ramón Martín Azueta, decida impulsarlo si hace falta. De ser así sería su tercera opción, luego de su apoyo a Rodolfo del Rosal Rivera y a Veronica Acacio, a quienes apoyó en los primeros momentos de la lucha por la sucesión.
En el Congreso, otro coto de poder importante en esta lucha, se mantienen cautelosos. Sin embargo, alguien lanzó días atrás una consulta: ¿Como ven a Luis Gabino Medina?, preguntó. “Si él es el consenso para que se termine esta batalla, apoyamos”, dijo una de las voces de mayor peso del recinto.
EL PODER DE SEFIPLAN
En otro rincón de esta batalla aparece el grupo del titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) Juan Vergara. Su opción es la magistrada Veronica Acacio. No ha sido gratuito que en los últimos días hayan surgido informaciones sobre supuestas irregularidades de la magistrada en algunos temas en los cuales se vio envuelta. Es parte de la guerra por el poder.
El problema es que a manos del propio gobernador, incluso, llegó información de que algunas denuncias tienen más sustento que el de una mera guerra sucia mediática. Esa postulación ha generado más ruido del que al gobernador le gustaría en este caso.
Pero Vergara es un hombre que opera con mano pesada y trabaja para un proyecto político de largo plazo. Va a sostener esa candidatura hasta las últimas consecuencias.
EL GRUPO DE LA SEGOB
El otro grupo en la disputa es el que apoya la candidatura del magistrado Antonio León. El primero en impulsar esa candidatura fue el actual presidente el TSJ, Fidel Villanueva. Eso le valió a Antonio León muchos enemigos.
Un magistrado del TSJ dijo días atrás en una conversación privada que eso ya no es así. Fidel Villanueva mantiene una distancia de la sucesión en este momento. Sin embargo, en el Gobierno están seguros que conserva votos y poder de decisión.
El sostén político de Antonio León es ahora el subsecretario de Enlace Institucional de la SecretarÍa de Gobierno, Joaquín González Castro.
Conocedor de los pasillos de la justicia de sus años como titular del TSJ, González Castro tiene aún influencia y capacidad de operación en ese ámbito. En el TSJ creen que en esta lucha ha logrado el apoyo del titular de la Secretaria de Gobierno, Francisco López Mena.
LA NECESARIA PAZ POLÍTICA
En el medio de todos estos nombres aparecen acusaciones de uno y otro lado que van subiendo de tono. Ese es el tenor de la guerra que se libra, y que algunos en el Gobierno no comprenden por qué nadie se decide a frenar.
Entre algunos funcionarios y aliados sigue firme la idea de que el gobernador Carlos Joaquín debe interceder. Otros ya dan por hecho que no lo hará. Se trata, dicen, de un nuevo estilo de gobernar al que hay que acostumbrarse.
Pero las dudas no cesan. “Si seguimos así, el que sea elegido como presidente va a tener que llegar explicando denuncias. Es terrible.”, dijo un hombre de la alianza de Gobierno.
Esas palabras tiene mucha lógica. Se pelea por una parcela de poder de tal magnitud y trascendencia, que quizá merecería un poco más de recato.