POR: PERLA UICAB
Emilio N., de 29 años de edad, originario de Palenque, Chiapas, el pasado viernes 28 de julio no llegó a trabajar a la obra donde cientos de alarifes contratados en Cancún se apersonan cada mañana, cada madrugada. La vida se le escapa en un video viralizado en redes sociales, por lo desesperante e impune en una ciudad donde los preventivos municipales están ausentes de su misión como servicio público de la seguridad, pero que por las noches, son como un enjambre de abejas apresando beodos y malvivientes.
Dos fotografías extraídas del video público en redes sociales muestran el momento secuencial de la herida que le causo uno o más malvivientes y su caída al iniciar la agonía.
El amanecer de Emilio N. fue en la denominada área de mortuorio en el Hospital General de Cancún “Dr. Jesús Kumate Rodríguez”. Su cadáver presenta una herida en el costado derecho, a la altura del torax, de cinco centímetros letales que, según el reporte médico lesionó órganos vitales y por eso falleció.
“Esta complejidad, la contracción social provocada por la economía la viven no sólo dentro de sus centros de trabajo, sino el riesgo al exterior. Algunos albañiles tienen Seguro Social que los paga su patrón, pero cuando no y llegan a sufrir algún accidente o enferman se dirigen a una clínica que está por El Parián, en la zona del Crucero. Ellos vienen a Quintana Roo por el sueldo, lo que necesitan es empleo”, señaló en ocasión alguna la dirigencia local del sindicato de albañiles en Cancún.
Estos alarifes son un sector de la población que más ha resentido el impacto brutal de las condiciones económicas en el mundo, que se recrudecen en México con la grave depreciación del peso frente al dólar.
Tarde a tarde el perímetro de El Crucero, formado entre las avenidas José López Portillo y Tulum es un hervidero de obreros de la industria de la construcción. Se cuentan por decenas y están a la espera de un contrato por día o por hora o para su buena fortuna por tiempo indefinido que les permita el sustento de sus familias. La zona refleja in-crescendo la inseguridad pública, ante la ausencia de policías, durante el día, pero que durante la noche abundan.
Emilio N., murió apuñalado la tarde del jueves derivado de las complicaciones de la herida letal que sufrió y afectó uno de sus pulmones. El video de 2:21 minutos muestra el inicio de su agonía, la impotencia de ciudadanos que se arremolinan y no saben si fue uno o varios los que acuchillaron al herido. Poco después, casi al finalizar el video y ya con el moribundo acostado en el suelo se acercan dos mujeres, una le coloca una sábana para que recueste su cabeza y acto seguido, ambas, comienzan a rezar.
La Vice Fiscalía General del Estado en zona norte recibió el reporte del Hospital General cerca de las 3:30 horas, señalando que una persona había fallecido luego de su ingreso y posterior intervención quirúrgica “lesionado por arma de fuego”.
Versión ajena a la realidad del personal de Trabajo Social, pues Emilio N. fue lesionado con arma blanca. Sin embargo, sí proporcionaron los datos generales, de 29 años, oriundo de Palenque, Chiapas y de ocupación albañil; la información la corroboró su concubina, Nayeli N., de 29 años, confesa de vivir en unión libre y dedicada a las labores del hogar en un domicilio de la Región 248 de Cancún, en el fraccionamiento Villas del Mar III. Agentes de la Policía Ministerial que se entrevistaron con la joven mujer señalaron en su reporte homologado que a las 23 horas del pasado jueves 27 de julio se enteró por medio de un video en la red social de Facebook que había sido lesionado con un cuchillo en El Crucero y que lo habían trasladado al Hospital General.
Cita que acudió de inmediato al nosocomio dependiente de la Secretaría Estatal de Salud (SESA), que le informaron que su concubino yacía en el quirófano, pero a las 2:30 horas del viernes los doctores le dijeron que falleció a consecuencia de la puñalada letal.
Precisó que Emilio N. salió de su domicilio el jueves, cerca de las 7 horas, que no se dirigiría a su trabajo sino al médico, cerca de El Parián porque se sentía enfermo.
Los peritos tomaron conocimiento del deceso y el agente del Ministerio Público del Fuero Común inició la Carpeta de Investigación, así como un rastreo digital de Facebook para determinar cómo ocurrieron los hechos.
Para expertos en abogacía lo conducente habría sido que los ministeriales también se trasladaran al sitio físico donde ocurrieron los hechos “y no sólo lo que presumen ahora como un rastreo digital”.