En la noche tras el asesinato del periodista y humorista colombiano Jaime Garzón, el presentador de la sección de deportes César Augusto Londoño dió las noticias en el canal de televisión CM& y terminó el noticiero con el famoso dicho «(…) y hasta aquí los deportes… ¡País de mierda!»
Garzón, famoso por sus discursos que mezclaban periodismo con humor y filosofía, ademas de haber sido abogado y periodista por profesión, también fué un activista y mediador de paz durante el conflicto armado en Colombia en los 90’s.
Hoy en día, casi dos décadas después del asesinato de Garzón por miembros del estado colombiano en 1999, la famosa frase de Londoño «pais de mierda» es referente a los graves problemas que plagan al país: la impunidad, la violencia, y la indiferencia.
Dicha trinidad de maldad, que ha causado tantas víctimas y muertes durante la guerra, ha estado en pleno espectáculo por la campaña del No en el plebiscito nacional del 2 de Octubre – a través del cual los colombianos votaron sobre los acuerdos de paz firmados por el gobierno Colombiano y la guerrilla más antigua del continente, las FARC.
Si hubiese ganado la opción del Sí: las FARC iban a desmovilizarse y comenzar su transición para convertirse en partido político, efectivamente acabando con una lucha armada de 52 años que ha causado 220,000 muertes y desplazado a mas de 6,9 millones de personas – poniendo al Presidente Santos y el Comandante Timochenko, jefe máximo de las FARC, dos hombres con mucha sangre en sus manos, en pilotos de cabeza para el próximo Premio Nobel de Paz.
No existía un Plan B si ganaba el No.
El ex-presidente Álvaro Uribe, que dirigió el voto en contra del acuerdo de paz, reclamaba que el Voto Si era equivalente a entregar el país a la guerrilla. Que el acuerdo final era demasiado indulgente con las FARC, afirmaba además, que la guerrilla debe ser procesada como asesinos y traficantes de droga para asegurar que no haya impunidad.
Las preocupaciones de Uribe – el mismo hombre culpable de numerosas atrocidades de guerra durante su mandato como presidente, que además tiene fuertes nexos con el narcotráfico, incluso dentro de su misma familia y el Cartel de Medellín de Pablo Escobar – personifica un circo de hipocresía dentro de la campaña del Voto No.
Con el 99,98% de los 12 millones 809 mil votos escrutados, el 50,21% de los electores votó en contra del acuerdo de paz, mientras que el 49,78% votó a favor, dejando un margen de sólo 53,894 votos entre las dos alternativas.
En las regiones más golpeadas por el conflicto armado, el Voto Si ganó con contundencia.
Sin embargo, en algunas ciudades grandes como Medellín que esta distante a la guerra en el campo, la concurrencia en las urnas por el Voto No derrotó el acuerdo final de paz.
Con la asistencia de menos de 38% del electorado en el plebiscito, se puede concluir que la victoria del No no fue por el simple pretexto de detener la impunidad de la guerrilla, sino por el apoyo de la indiferencia de los demás colombianos que no votaron.
«Todos queremos la paz, ninguno quiere la violencia.» dijo el ex-presidente Álvaro Uribe, después de que su campaña en contra de los acuerdos de paz ganó con un margen menos de 1% del voto. Para completar la farsa, el ex-presidente ahora está pidiendo tranquilidad y diálogo sobre los acuerdos, después de 4 años de vociferar y rechazar furiosamente cualquier negociación con la guerrilla.
«Para quienes no estén envueltos en delitos atroces, que se considere darles amnistía» dijo el ex-presidente Álvaro Uribe Velez en una entrevista con CNN Español – sin mencionar las numerosas acusaciones de crímenes de guerra en su contra al igual que de las FARC, incluyendo una masacre, la promoción de grupos paramilitares y de la ejecución de miles de civiles para inflar la efectividad aparente de las fuerzas armadas.
El Presidente Santos en cambio dijo que espera poder avanzar en los diálogos con los promotores del No sobre los acuerdos del fin del conflicto, pero que el cese al fuego con las FARC solo se prolongará hasta el próximo 31 de octubre. “No podemos prolongar este proceso ni este diálogo por mucho tiempo,» dijo el presidente colombiano, «pues estamos en una zona gris, una especie de limbo que es muy riesgoso y peligroso.”
Por otro lado, los comandantes de las FARC ordenaron a sus tropas para retomar sus posiciones.
Mientras tanto, con la invención de redes sociales décadas después del asesinato de Jaime Garzón, los colombianos decepcionados por la derrota del acuerdo y la continuación de la impunidad, la violencia, y la indiferencia en Colombia, volvieron a Twitter para expresar su decepción en esta histórica oportunidad perdida, usando el hashtag #PaisDeMierda
Por Jake Ling, en Medellín Colombia.